Göbeklitepe, con sus secretos de 12.000 años de antigüedad: Los primeros rastros de la humanidad revelados

En la ciudad antigua, una de las paradas más interesantes del Festival de la Ruta Cultural de Şanlıurfa organizado por el Ministerio de Cultura y Turismo, el arqueólogo Ahmet Yavuz Kır, coordinador local del Proyecto Colinas de Piedra, compartió con los visitantes descubrimientos recientes y detalles sobre la vida del pueblo Göbeklitepe.
Más que un templo: espacios públicos
Kır señaló que, en las primeras etapas de las excavaciones, las estructuras se denominaban «templos», pero con el tiempo se hizo evidente que estos espacios se utilizaban no solo para ceremonias religiosas, sino también para organizar la vida cotidiana. «Se trataba de estructuras públicas diseñadas como centros tanto de rituales como de vida social», explicó.
Técnicas y habilidades de construcción
Kır afirmó que los obeliscos gigantes de Göbeklitepe fueron cortados con sílex de las canteras del noroeste del área y arrastrados aproximadamente 200 metros antes de ser erigidos en su lugar, enfatizando que esto demostraba que la gente de la época tenía conocimientos técnicos mucho más avanzados de lo que se pensaba anteriormente.
La vida de cazador-recolector
La comunidad de Göbeklitepe, que aún no había adoptado la agricultura, vivía en un sistema donde los hombres cazaban y las mujeres recolectaban plantas y frutos. Se encontraron numerosas espinas de gacela, jabalí y pescado en las estructuras. «Gracias a miles de huesos, podemos comprender qué comían y cómo vivían», afirmó Kır.
Propiedades físicas y vida útil
Según los esqueletos hallados durante las excavaciones, la altura promedio de los hombres era de 1,70 metros y la de las mujeres, de 1,65 metros. Debido a las duras condiciones de vida, la esperanza de vida rondaba los 35 años.
Comunicación y lenguaje
Algunas evidencias sugieren que la comunidad se comunicaba utilizando oraciones de tres o cuatro sílabas.
La percepción de la muerte y el ritual del buitre
Los motivos de serpientes, toros, flamencos, zorros, jabalíes y, especialmente, buitres, son prominentes en las estelas. La capacidad de los buitres para devorar completamente los cadáveres arroja luz sobre la percepción de la muerte en la comunidad. Según los hallazgos, los difuntos eran abandonados en libertad, y después de que los buitres les despojaran de su carne, los huesos eran recogidos y enterrados bajo la tierra de sus hábitats. Kır afirmó: «No veían la muerte como un fin en el sentido moderno; quizá la percibían como un proceso cíclico».
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