Lo que la decisión de la princesa Kate de Royal Ascot realmente nos dice sobre su salud

Un año después de que las redes sociales se llenaran de teorías conspirativas y especulaciones desenfrenadas sobre la Princesa de Gales, los trolls vuelven a la carga. Internet está repleto de teorías interminables y críticas mordaces tras la decisión de última hora de Kate de no asistir al Royal Ascot el miércoles.

Está claro que los guerreros del teclado se han olvidado rápidamente de #bekind, donde se nos insta a pensar antes de hablar, ya que las dificultades de una persona a menudo se esconden bajo la superficie. Como espectador, es difícil ver la avalancha de mensajes venenosos, y mucho menos cómo debe sentirse la familia Wales.

El miércoles fue, por supuesto, un día desafortunado. Si su nombre no se hubiera anunciado en la procesión de carrozas, la decisión de Kate de no asistir no habría recibido mucha atención. Pero el anuncio 20 minutos después de que no asistiría desencadenó otro pequeño drama. Sus asistentes se apresuraron a asegurarle que no había nada de qué preocuparse y que seguía cumpliendo con sus obligaciones públicas tras su tratamiento contra el cáncer.

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Fuentes indicaron que la princesa aún busca el equilibrio adecuado al retomar sus compromisos públicos. Señalaron que había asistido a tres eventos la semana pasada, incluyendo los eventos de alto perfil del Desfile del Estandarte y la Orden de la Jarretera.

Y hubo una clara indicación de que la decisión de Kate de no asistir no fue motivo de alarma, ya que su esposo y su madre fueron los protagonistas de Royal Ascot, donde se registraron temperaturas cercanas a los 30 °C. En cambio, el melodrama muestra a la princesa adoptando una actitud responsable y digna respecto a su salud, como hemos visto a lo largo de su diagnóstico.

Kate está escuchando a su cuerpo y, como explicó con franqueza el año pasado, hay "días buenos y días malos". Advierto que no hay que leer entre líneas, sino ver el miércoles como lo que fue: un error de publicación y una mujer que prioriza su salud tras una experiencia agotadora.

No está eludiendo sus obligaciones, sino priorizando su recuperación ahora que está libre de cáncer, un enfoque que el Rey apoya plenamente. En las próximas semanas y meses, podemos esperar que la Princesa mantenga un programa de compromisos más ligero y los decida caso por caso.

Lidiar con los desafíos de salud nunca es fácil, pero la situación se agrava cuando alguien está en el ojo público. Un enfoque flexible y mesurado es lo correcto, y el público debería apoyarla plenamente en lugar de caer en la especulación descontrolada.

El Día de la Jarretera es quizás uno de los días más inusuales del calendario real, ya que los miembros de la Orden de Caballería, la más antigua y de mayor rango, desfilan con elaboradas túnicas de terciopelo y sombreros emplumados. Pero sus tradiciones y la fanfarria real lo convierten en uno de los eventos más sagrados del año, y las imágenes nunca decepcionan.

Este año, las instantáneas que se robaron el espectáculo no fueron las de la procesión, sino las de los espectadores.

Kate y Sophie demostraron su estrecho vínculo frente a las cámaras del mundo mientras bromeaban y reían juntas bajo el sol de verano.

Fue una grata sorpresa, ya que la princesa regresó al evento tras perderse el año pasado mientras recibía tratamiento. Quizás el año que viene podamos ver a Kate con una túnica, ya que su ingreso a la orden es justo lo que merece tras su incansable apoyo a la monarquía a pesar de sus propias luchas personales.

Nuestro apuesto futuro Rey cumplió 43 años ayer, celebrándolo con poca fanfarria junto a sus seres queridos. Este año hemos visto una faceta diferente del príncipe barbudo, ya que se le ve más relajado y con los pies en la tierra que antes.

Ya sea uniéndose a los fanáticos del fútbol para tomar una pinta en el pub, sirviendo bocadillos de tocino a familias de militares o siendo arropado por sus hijos en una espontánea foto familiar.

Está ayudando a hacer que la Familia Real sea más cercana y esté en contacto con los matices y complejidades del mundo moderno.

Es evidente que William se está adaptando a su rol con una naturalidad sin precedentes. Ha recuperado la confianza en sí mismo y sabemos cuáles son sus prioridades: el clima, la agricultura, las personas sin hogar, la defensa de la salud mental y, sobre todo, su familia.

El príncipe es un apoyo inestimable para el Rey, su esposa y sus tres hijos, al tiempo que gestiona las exigencias de ser un miembro de la realeza de alto rango y heredero al trono.

Eduardo continuará apoyando discretamente a la monarquía mientras viaja a Canadá esta semana.

El duque de Edimburgo visitará el país de la Commonwealth del miércoles 25 de junio al 2 de julio, con compromisos que abarcan la Isla del Príncipe Eduardo, Toronto y Ottawa.

La duquesa de Edimburgo no lo acompañará, ya que tiene compromisos en el Reino Unido. Su viaje se produce menos de un mes después de que los reyes viajaran a Canadá para inaugurar oficialmente el Parlamento.