El mejor amigo conduce toda la noche para ver a Niels McDonald en la final.

Son estas pequeñas historias al margen de los grandes deportes las que hacen que un momento sea inolvidable. Niels McDonald logró este fin de semana algo que ningún juvenil alemán había conseguido desde Alexander Zverev: ganó un título de Grand Slam. En la final de Roland Garros, el joven de 17 años de Schwerin venció a su amigo Max Schönhaus de Soest por 6-7, 6-0 y 6-3 .

Pero por impresionante que fuera este éxito deportivo, lo que hizo que este día fuera aún más inolvidable para McDonald fue un invitado sorpresa en las gradas.

"Mi mejor amigo manejó hasta París toda la noche para ver el partido", contó McDonald con alegría tras su victoria. "Ayer le escribí un mensaje, un poco en broma. Porque sabía, claro, que sería un gran esfuerzo. Le pregunté si vendría, ya que tenía entradas. Y me dijo: 'Vale, voy'".

Sin dudarlo, el amigo de Oldemburgo, apenas con el carnet de conducir en su poder, se subió al coche: le esperaba un viaje de ocho horas. Una pequeña aventura para él, pero una gran señal para McDonald. "Me alegré muchísimo de verlo", dijo el recién coronado campeón del Grand Slam. "Fue simplemente especial".

Para McDonald, sin embargo, el triunfo en París es solo el principio. "Es solo el primer paso hacia el gran sueño que quiero cumplir", dijo. Tras celebrar con el equipo, le espera de nuevo el campo de entrenamiento en Estocolmo, donde trabaja en la academia del exprofesional Magnus Norman.