Consumo: La dura política migratoria de Trump perjudica especialmente a las empresas estadounidenses

Las empresas estadounidenses también están sintiendo los efectos de la dura postura de Donald Trump contra los inmigrantes. Los migrantes son clientes importantes para minoristas, restaurantes y fabricantes de bienes de consumo como Coca-Cola. Pero la comunidad latinoamericana, por ejemplo, se queda cada vez más en casa por temor a la persecución.

Cuando se extendieron rumores de una redada del ICE en el área de Los Ángeles el fin de semana pasado, estallaron algunos disturbios violentos. Las autoridades locales afirmaron tener la situación bajo control, pero aun así, el presidente desplegó miles de efectivos de la Guardia Nacional. Días después, un joven declaró a un reportero de la Agencia de Prensa Alemana: «La gente no sale de sus casas. No van a trabajar porque la zona sigue estando tensa».

Las personas sin residencia legal suelen haber vivido en Estados Unidos durante años, a menudo décadas. Muchas provienen de México y Centroamérica, pero cada vez más también de Asia, África y el Caribe. Llegaron como trabajadores migrantes, refugiados o con visas que expiraron posteriormente. Hoy en día, entre diez y once millones de personas viven sin papeles en Estados Unidos, casi un millón tan solo en Los Ángeles. El gobierno de Trump se ha fijado el objetivo de arrestar a 3.000 "ilegales" cada día. Millones de personas serán expulsadas del país.

Ante este temor, muchos afirman que están comprando y comiendo menos fuera, según informa el Wall Street Journal. Además del temor a la deportación, la pérdida de empleos y la inflación están afectando gravemente los presupuestos de los latinos. Desde la escalada de protestas en Los Ángeles, la situación se ha agravado. Según el periódico, muchos manifestantes denuncian que sus familiares temen salir de casa por no tener permiso de residencia legal.

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"Por temor a la deportación, las represalias y el aumento de precios, estos grupos de población están limitando sus gastos", afirma el experto en comercio minorista Jörg Funder. "Además, el toque de queda de 8 p. m. a 6 a. m. impuesto en Los Ángeles, por ejemplo, está contribuyendo a la disminución de las ventas, ya que el horario comercial se ha reducido significativamente". El despliegue de la Guardia Nacional está alimentando el miedo e inquietando a los consumidores. "Esto es especialmente notorio entre los vendedores ambulantes, restaurantes y supermercados locales típicos de Estados Unidos", afirma el director del Instituto de Comercio Internacional y Gestión de la Distribución de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Worms. "Los afectados reportan pérdidas de ventas de hasta el 50 %".

"Sin embargo, no son solo las pequeñas y medianas empresas las que se ven afectadas por la política migratoria de Trump", afirma Funder. "Las grandes corporaciones que fabrican productos populares entre los hispanos y latinos también han revisado significativamente a la baja sus previsiones de ventas". No obstante, el experto en comercio también señala una reticencia general a comprar en Estados Unidos, especialmente entre los grupos de bajos ingresos, así como un cambio en el comportamiento del consumidor.

En todo Estados Unidos, especialmente en los estados del sur, los fabricantes de alimentos y bebidas, fabricantes de otros bienes de consumo, restaurantes y minoristas están sufriendo pérdidas, según el Wall Street Journal. Coca-Cola atribuyó la caída de sus ventas en Norteamérica durante el primer trimestre, entre otras cosas, a la retirada de los clientes hispanos debido a las tensiones geopolíticas derivadas de las políticas migratorias y comerciales estadounidenses, como informó la agencia de noticias financieras Bloomberg hace semanas. Algunos de estos clientes también boicotearon al fabricante debido al rumor de que Coca-Cola había denunciado a trabajadores indocumentados, una acusación que la compañía negó.

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El fabricante de bebidas Constellation Brands y Colgate-Palmolive también reportaron menores ingresos provenientes de clientes hispanos en Norteamérica, como informó CNBC hace un mes. Algunos ejecutivos citan las severas políticas migratorias como una de las razones. Este grupo de clientes ha gastado previamente cantidades relativamente altas en bienes de consumo y, al ser un grupo demográfico en crecimiento, es importante para las ganancias corporativas. Boston Beer también informó, además de la preocupación por la inflación, que los clientes hispanos ya no salen tanto como antes. Asimismo, según el Wall Street Journal, cadenas de restaurantes como El Pollo Loco reportaron una disminución en las ventas de esta crucial base de clientes.

La empresa matriz de la cadena minorista Shoe Palace, dirigida principalmente a consumidores latinos, reportó una fuerte disminución en el número de visitantes en mayo. "Definitivamente se puede apreciar el impacto de la política migratoria", declaró el director ejecutivo, Régis Schultz, según el periódico. En ciudades predominantemente latinas como Plum Grove, Texas, los dueños de tiendas informan que los padres envían a sus hijos —nacidos en Estados Unidos— a comprar por temor a las autoridades migratorias.

Además de los minoristas, es probable que toda la clientela sufra el impacto del endurecimiento de la política migratoria a medio plazo. «Además, la política migratoria de Trump está provocando una inminente escasez de mano de obra y aumentos de precios en sectores económicos importantes como la construcción, la agricultura y la hostelería, donde la mayoría de los trabajadores migrantes trabajan por bajos salarios», afirma Funder. «Si estos trabajadores desaparecen y hay que pagar salarios más altos a los no migrantes, estos costes se trasladarán a los consumidores en forma de aumentos de precios».

Este artículo apareció por primera vez en ntv.de. El portal de noticias, al igual que Capital, es propiedad de RTL Deutschland.