Soy fundador y me voy a Silicon Valley durante dos meses: así es como mi startup sobrevivirá sin mí.

Florian Scherl, fundador de una startup de inteligencia artificial, se marcha a Silicon Valley durante dos meses. Está preparando su startup para su ausencia.
Florian Scherl es el fundador de Explaino.ai, una plataforma de IA que transforma texto en vídeos explicativos animados. Actualmente reside y trabaja en Silicon Valley durante dos meses como parte de la residencia EWOR SF, y nos cuenta sobre su estancia allí para Gründerszene. La primera parte aborda la pregunta: ¿Cómo se prepara una startup cuando ambos fundadores se mudan a Silicon Valley al mismo tiempo?
"¿Por qué aún no están en EE. UU .?": Esta fue la pregunta que nos hicieron nuestros socios de EWOR al final de nuestra primera convocatoria de financiación. Y aunque nos pareció casual, nos impactó profundamente. Porque en algún momento, lo presentíamos desde hacía tiempo: si Explaino realmente quería crecer, necesitábamos ir a un lugar donde la tecnología no se discute, sino que se crea. A EE. UU. A Silicon Valley.
Florian Scherl es cofundador y director ejecutivo de Explaino.ai, una plataforma de IA con sede en Múnich. Aprendió a programar de forma autodidacta a los 12 años, desarrolló sus primeros modelos de IA a los 15 y fundó su primera empresa antes de graduarse del instituto. Ha recibido numerosos premios por su trayectoria, entre ellos, ser nombrado ganador de Startup Teens, Líder del Mañana 2024 y miembro de SigmaSquared.
Junto con su cofundador, Philipp Gabriel, está desarrollando Explaino: una plataforma SaaS que transforma automáticamente documentos existentes, como descripciones de productos o instrucciones de procesos, en vídeos explicativos animados en menos de dos minutos. Sin necesidad de conocimientos previos ni proveedores de servicios externos.
La startup cuenta con clientes como cajas de ahorros y está financiada por el programa europeo de startups EWOR. Florian está trabajando actualmente en Silicon Valley durante dos meses como parte de la Residencia EF de EWOR y comparte sus experiencias allí con Gründerszene.

Cuando EWOR anunció su residencia en San Francisco para 2025, lo teníamos claro: nos íbamos. De hecho, ambos fundadores se marchaban por casi dos meses. Lo que no nos dimos cuenta en ese momento fue que lo más difícil no fue el vuelo ni el cambio de marca para Estados Unidos. Fue prepararnos para todo lo necesario para mantener la estabilidad en nuestra ausencia.
Nos encargamos de gran parte de la organización logística: EWOR alquiló dos casas en San Francisco. Lo que faltaba, y nadie más podía hacer por nosotros, era la preparación del contenido. Porque Philipp (mi cofundador) y yo no queríamos simplemente pasar estas siete semanas asistiendo a reuniones; queríamos un progreso real. Para nosotros. Para nuestro producto. Para explaino.
El control no era la respuesta. La confianza sí.
Cuando ambos cofundadores se van al mismo tiempo, se pierde un punto de escalada natural dentro de la empresa. Nuestras ideas iniciales giraban en torno al control: ¿cómo garantizar que no se dejara nada sin hacer? Pero pronto quedó claro: el control no era la solución. La confianza sí lo era.
Así que involucramos a nuestro equipo desde el principio. Les explicamos abiertamente nuestros planes y por qué. No se trataba de un viaje a Estados Unidos por sí mismo, sino de un plan claro y objetivos definidos: comprender el mercado estadounidense, conseguir socios y perfeccionar nuestro producto. Al mismo tiempo, les dejamos claro que llegaría el momento en que tendrían que asumir más responsabilidad. Y que confiábamos en que lo harían.
Las semanas previas a nuestra partida fueron una mezcla de llamadas estratégicas, organización y muchas conversaciones. ¿Quién toma qué decisiones? ¿Quién es responsable de nuestra oficina? ¿Cómo gestionamos las zonas horarias? Se trataba menos de resolver problemas y más de generar claridad.
Un momento que me impactó especialmente: Era un miércoles por la noche, tarde en la oficina, con un compañero del equipo de ventas. Me miró y me dijo con calma: «No te preocupes, Flo. Cuando vuelvas, habrá una segunda pizarra en la pared». Para ponerlo en perspectiva: nuestra pizarra contiene todas las oportunidades de venta más atractivas. Esta frase me conmovió. No solo porque se había fijado una meta, sino porque sabía que hablaba en serio.
Dos días antes de nuestra partida, hicimos una barbacoa con todo el equipo en nuestro pequeño patio trasero. No fue una despedida dramática, sino más bien un momento elegido a propósito. Para agradecer. Para decir en voz alta: "Lo estás logrando". Y: "Volveremos con el viento a favor".

Cuando finalmente llegamos al aeropuerto a las 5:00 a. m. del miércoles, la sensación era diferente a la de viajes de negocios anteriores. No estábamos nerviosos, sino más bien relajados. Porque sabíamos que todo iba bien en casa. Y habíamos tomado la decisión correcta, no solo para nuestro producto, sino también para nuestro equipo.
businessinsider