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Maniobra Steadfast Noon: La OTAN practica una guerra nuclear

Maniobra Steadfast Noon: La OTAN practica una guerra nuclear

Alemania está practicando una emergencia nuclear durante un ejercicio de la OTAN. Oficialmente, el objetivo es la disuasión. Pero ¿qué pasa si eso mismo se convierte en una amenaza?

Robert Oppenheimer dijo que este verso le vino a la mente durante el primer lanzamiento de prueba en 1945: "Ahora me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos". imago/McPHOTO

Este lunes comienza el ejercicio Steadfast Noon de la OTAN . Aviones y pilotos alemanes volverán a participar en escenarios que practican el transporte y uso de armas nucleares.

Oficialmente, el ejercicio tiene como objetivo la disuasión de la alianza y el entrenamiento de la preparación operativa. Sin embargo, un análisis crítico revela contradicciones fundamentales: entre la ley y la práctica, la política de seguridad y la moral, la disuasión y la escalada.

¿La “versión de entrenamiento” como coartada?

El Ministerio Federal de Justicia lo deja inequívocamente claro: el uso de armas nucleares constituiría un crimen de guerra. Sin embargo, si el uso de armas nucleares es contrario al derecho internacional según la legislación nacional porque implica la voluntad de cometer asesinatos masivos e indiscriminados, la pregunta es cómo se puede justificar la participación en ejercicios que simulan de forma realista dicho uso.

La OTAN declara Steadfast Noon un ejercicio de disuasión nuclear; según declaraciones oficiales, no se utilizarán ojivas nucleares. Al mismo tiempo, la práctica del llamado reparto de la carga nuclear está organizada de tal manera que las armas tácticas estadounidenses (tipo B61) almacenadas en Europa siguen siendo propiedad estadounidense, y su uso real solo puede ser ordenado por el presidente de Estados Unidos.

Alemania, junto con otros países, proporciona pilotos, portaaviones e infraestructura, pero sin la facultad de tomar decisiones sobre el despliegue. Esta asimetría entre la participación física, los objetivos cuestionables y la falta de poder de decisión es política y moralmente delicada.

Miles de millones para sistemas de lanzamiento nuclear: ¡éstas son las prioridades!

Alrededor de diez mil millones de euros para cazabombarderos y hasta dos mil millones de euros para medidas de infraestructura en Büchel: el gobierno alemán está invirtiendo en armas e infraestructuras que prácticamente aseguran la existencia continuada de armas nucleares estadounidenses en Alemania.

Esto ocurre en el contexto de un presidente estadounidense indiferente a la ley y al derecho internacional, que amenaza con ocupar el territorio de sus aliados. Y en el contexto de recortes a los sistemas de salud, educación y seguridad social de Alemania.

La justificación clásica de que la disuasión previene la guerra es incorrecta. Todos los Estados con armas nucleares están o han estado involucrados en guerras o conflictos armados y han perdido guerras importantes. En Vietnam, por ejemplo, o en Afganistán .

Y pasa por alto un mecanismo central: las armas nucleares y los ejercicios para su uso siempre conllevan un potencial de amenaza. En un entorno geopolítico de confrontación, la práctica de escenarios de ataque nuclear puede provocar desconfianza y reacciones, aumentando así la probabilidad de escalada.

Las misiones de entrenamiento siempre tienen como objetivo tener un impacto y cambiar las percepciones, desde un “último recurso” hasta un componente operativo de las doctrinas militares.

El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares: Una Declaración Mundial contra las Armas Nucleares

Importante para la clasificación normativa: El 7 de julio de 2017 se adoptó en una conferencia de la ONU, con una mayoría de 122 Estados en sesión plenaria, el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW).

El tratado prohíbe la posesión, el uso, la amenaza, el despliegue y el desarrollo de armas nucleares y entró en vigor el 22 de enero de 2021, tras obtener las ratificaciones necesarias. Este tratado demuestra claramente que una clara mayoría de Estados considera las armas nucleares una amenaza irrazonable y lucha por su abolición.

La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) ha desempeñado un papel clave a la hora de poner el tratado en la agenda; ICAN Alemania exige que Alemania también se una y que las armas nucleares estadounidenses se retiren del suelo alemán.

El hecho de que Alemania siga permitiendo la presencia de armas nucleares estadounidenses en su territorio y participe en ejercicios como Steadfast Noon contradice claramente el impulso de desarme político global que transmite el TPAN.

Base aérea de Büchel: punto de partida y posible destino

Las bombas B61 estadounidenses almacenadas en Büchel plantean un problema particular desde la perspectiva alemana: Büchel no es solo un lugar donde se encuentran armas estadounidenses. Debido al intercambio nuclear, se convierte en un posible punto de lanzamiento para un ataque nuclear. Y dado que la presencia de armas nucleares puede tentar a los Estados a considerar la planificación preventiva o reactiva contra estas instalaciones, Büchel también se convierte en un objetivo potencial de un ataque preventivo enemigo.

Este doble riesgo, punto de partida y objetivo potencial, aumenta la vulnerabilidad de un país que, según su Constitución y sus políticas, está comprometido con la paz.

El Mediodía Firme de 2025 es más que una maniobra rutinaria. Es una declaración política y un referente para la política alemana: o Alemania alinea su práctica con los principios del derecho internacional humanitario y los impulsos normativos del TPAN, o se mantiene como parte de una lógica que en la propia Alemania se considera jurídica y moralmente problemática.

En este sentido, la continua presencia de armas nucleares en Büchel y la participación en ejercicios que implican el uso de estas armas son irresponsables: convierten al país en un posible punto de partida y objetivo de una guerra nuclear y son contrarios a los esfuerzos globales de desarme.

El autor, Christoph von Lieven, trabajó para Greenpeace durante 20 años, más recientemente como activista por la paz y el desarme nuclear. Es miembro activo de la junta directiva de ICAN Alemania, acrónimo de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares.

Berliner-zeitung

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