El equipamiento adecuado: cómo encontrar las zapatillas de running perfectas para ti

Drop, dureza, amortiguación: existen muchos términos técnicos en el mundo del calzado. Pero Weber aconseja que los principiantes, en particular, no se dejen intimidar por ellos.
El mejor enfoque es "imparcial y con mucha sensibilidad". Lo más importante es que el calzado se ajuste bien. "Se nota en los pies", dice Weber. Las características técnicas y el equipamiento son secundarios.
Es importante conocerse a uno mismo y sus necesidades: su peso, su nivel de entrenamiento (principiante, corredor avanzado o ambicioso), la superficie sobre la que corre (sendero duro o suelo forestal blando), la longitud de la ruta de carrera y cualquier desajuste del pie: estos factores juegan un papel importante a la hora de elegir el calzado adecuado, explica Reize.
Tomemos como ejemplo una ruta de running: «Para distancias más largas, necesito más sujeción de la zapatilla», afirma Reize. La estabilidad y la amortiguación son clave. Quienes ya tienen experiencia también pueden buscar una zapatilla muy flexible para distancias más cortas, por ejemplo, para ejercitar y entrenar más los músculos y tendones de la zona del pie, explica el experto.
En su opinión, los principiantes deberían confiar en un mayor soporte del calzado. Una vez que los músculos, ligamentos y huesos se hayan adaptado a la nueva tensión, esta puede reducirse, dependiendo del estilo de carrera y el rendimiento.
Esto depende en gran medida del usuario, como explica Weber. «Hay una gran diferencia entre un corredor de 50 kilos con un estilo de carrera perfecto y uno de 100 kilos con un estilo de carrera biomecánicamente complejo», explica el experto.
En general, la vida útil de las zapatillas ha aumentado en los últimos años. El material de la entresuela, en particular, ha mejorado mucho. Sin embargo, se endurece con el tiempo y pierde elasticidad. Esto reduce el rendimiento de la zapatilla, y correr exige más al cuerpo. «No se nota», afirma Weber. Esto también se debe a que este desgaste no es evidente, por ejemplo, a través de agujeros en la zapatilla.
El experto recomienda reemplazar las zapatillas de correr de ocho a diez años o usarlas solo para el día a día. Pero ya no para correr en el parque ni en la pista.
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