Esta película lenta es la gran sorpresa española en taquilla (y se ha impuesto a blockbusters)
%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fbae%2Feea%2Ffde%2Fbaeeeafde1b3229287b0c008f7602058.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ffc6%2F2a1%2F28a%2Ffc62a128a7c2d4f74d94c0039ee3a341.jpg&w=1920&q=100)
Lo primero que dice Avelina Prat nada más descolgar el teléfono es “estoy sorprendidísima”. No es para menos. Su segunda película, Una quinta portuguesa, estrenada hace más de un mes, se ha colado entre las diez más vistas en los cines superando los 100.000 espectadores. A día de hoy compite con Misión Imposible, Lilo & Stich y Minecraft. Y, por supuesto, es de largo la película española con mejor taquilla en estas últimas semanas (a expensas de los datos que estos días recoja Sirat, de Oliver Laxe, el otro gran hype español).
Lo interesante de esta cinta de Prat es que, a priori, carece de los ingredientes para explicar este éxito. No tiene un gran premio en ningún gran festival internacional. No es una comedia con bromas gruesas. No es una película para niños. No tiene a nadie tirándose en parapente por ahí. No es un romance edulcorado y lleno de clichés. Tampoco pasan cosas cada dos minutos. Es lenta, calmada, con mucho diálogo, muy literaria. ¿Por qué, sin embargo, está gustando tanto? Igual la respuesta es que hay que tener más confianza en los espectadores...
Avelina Prat, directora: "Lo que nos dice la gente es que se queda muy a gusto cuando la ve. Creo que, sencillamente, hemos hecho algo que gusta"
“No lo sé”, contesta Prat con sinceridad. No obstante, es obvio que tanto ella, que dirige y ha firmado el guion, como su productora, Distrito Films, se han parado a pensar qué está pasando y han llegado a un par de conclusiones. “Creemos que sí tiene ingredientes de intriga que te mantienen enganchado todo el tiempo para saber qué va a pasar aunque es verdad que es una película calmada. Y luego lo que nos dice la gente es que se queda muy a gusto cuando la ve. Creo que, sencillamente, hemos hecho algo que gusta”, sostiene.
Fuera clichésUna quinta portuguesa no es una cinta al uso y una vez que se entra en ella se van descubriendo cosas muy alejadas del lugar común. Comienza cuando Fernando, que interpreta Manolo Solo, es abandonado por su mujer sin decirle nada y sin ningún motivo. Un día, mientras él da clases de Geografía, se marcha de casa y ya no hay más contacto. Con el alma destrozada, él acaba por diversos azares trabajando de jardinero en una quinta en Portugal que gestiona Amalia, interpretada por María de Medeiros. A partir de ahí comienza una relación de amistad en la que ambos personajes -y otros tantos que van apareciendo- van reconstruyendo su espíritu y su vida. No hay más, pero hay mucho ahí.
La historia, de hecho, enseguida entusiasmó a los actores que participan en ella y que están fantásticos. Solo es, posiblemente, uno de los mejores actores españoles de la actualidad -tiene papeles excelentes, como el de Cerrar los ojos, de Erice-; y De Medeiros tiene una energía renovada, más sosegada que nos recuerda lo buena actriz que es. Están acompañados por Branka Katic, Rita Cabaço e Ivan Barnev -el entrañable Vasil de la primera película de Prat- desplegando un elenco internacional que le da un cariz singular a la película y que nos señala que, en realidad, todos estamos rodeados de personas que proceden de otros lugares mucho más de lo que creemos.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd00%2Faae%2F7c8%2Fd00aae7c8b96680630f7f7285d51ce22.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd00%2Faae%2F7c8%2Fd00aae7c8b96680630f7f7285d51ce22.jpg)
“Cuando escribí la historia nunca pensé en que fuera una película pequeña sino en que fuera buena. Y para ello quería contar con los mejores actores. El guion gustó mucho y eso nos permitió tener tan buen cásting”, sostiene Prat. Al final, como insiste, muchas veces es cuestión de que el guion sea bueno para que ruede todo lo demás. Sin pirotecnias.
Por otra parte, el espectador tampoco se encuentra con una historia clásica y profundiza en relaciones como la amistad entre mujeres y hombres que están mucho menos vistas: se puede estar horas y horas de conversación con un vino sin que esta acabe en un dormitorio. “Quería evitar los clichés. Me parecía mucho más rico huir del romance. Además, la amistad puede ser una relación también muy fuerte y estrecha. También se habla de amor al territorio, a un lugar que haces tuyo”, reflexiona Prat.
Si ha llegado hasta aquí leyendo seguramente piense que no tiene nada ubicada a Avelina Prat. Es lógico, ya que esta es solo su segunda película si bien conoce perfectamente el mundillo del cine español. Aunque es arquitecta de formación, el cine siempre le había atraído y se apuntó hace ya años a unos cursos de guion de cortos. Allí conoció al director Sigfrid Monleón quien estaba a punto de rodar una película y la contrató de script -la persona que se asegura que la cinta no tenga errores de continuidad en el vestuario, objetos, peinado, expresiones faciales…-. Fue su primera vez de otras muchas, hasta más de cuarenta. Prat ha trabajado con prácticamente todos los directores, como Fernando Trueba, Manuel Martín Cuenca o Belén Macías solo por poner unos ejemplos.
"Me interesa mucho la inmigración y creo que es uno de los temas más importantes ahora. Uno llega a otro país por razones muy diferentes"
Hasta que en 2022 dirigió su primera película, Vasil, con Karra Elejalde e Ivan Barnev, que interpretan a una extrañísima pareja: Barnev es un inmigrante búlgaro al que Elejalde acoge en su casa y al principio no sabemos ni siquiera por qué. Pese a que no tuvo el éxito de Una quinta portuguesa -ahora se puede ver en la plataforma de RTVE Play- hay aspectos en la temática y sobre todo en el ritmo que se parecen. “Sí, me interesa mucho la inmigración y creo que es uno de los temas más importantes ahora. Uno llega a otro país por razones muy diferentes. Hay muchas historias ahí y me interesan. Por otro lado, como espectadora veo de todo y de todas partes del mundo. Creo que el cine es una gran ventana”, comenta.
Prat es un nombre que probablemente escuchen más en los próximos meses, sobre todo de cara a los grandes premios. Una directora que ya está trabajando en su tercer proyecto y que se suma a otras tantas creadoras que están llenando de historias el cine español. “Este es un gran momento para las directoras y hay un gran apoyo que se nota; pero también estamos en un momento en el que el cine español es muy diverso y hay todo tipo de historias”, manifiesta Prat. La suya, desde luego, está gustando mucho a los que todavía van a las salas de cine.
El Confidencial