Sónar: La guitarra eléctrica inventó el rock, ¿qué género inventará la IA?

A principios de los 50, los ingenieros de sonido intentaban como locos inventar una guitarra que sonara amplificada, nítida, perfecta. Querían que la guitarra acústica no tuviese limitaciones y se oyese clara en todas partes. Sin embargo, lo único que les salía de los amplificadores era un sonido sucio, distorsionado, con múltiples reverberaciones. Los ingenieros estaban desesperados, pero los músicos oyeron aquella nueva guitarra eléctrica y lejos de pensar que era un fracaso, inventaron todo un género nuevo de música. Así nacía el rock n'roll. Y así nacerá un nuevo género de música con la irrupción de la IA generativa. Tiempo al tiempo. Ese es el Sónar, el lugar donde las frustraciones tecnológicas se convierten en arte.
El festival arrancó muy temprano sin incidencias después de la polémica por el fondo de inversión proisraelí KKR y las múltiples cancelaciones que provocaron. El Sónar+D, la parte profesional del festival, abría así con un estudio pormenorizado de todo lo que la IA tiene que ofrecer para las industrias culturales. La pregunta básica era cómo cambiará la Inteligencia Artificial cambiará la manera en que componemos, distribuimos y consumimos música y hasta qué punto el factor humano se impondrá dentro de este nuevo paradigma tecnológico. Y no, no hace falta ponernos apocalípticos. Al menos todavía.
La IA creará unos modelos y herramientas, con en el siglo XVII surgió el piano de cola, y serán los artistas los que los modificarán y 'romperán' a su beneficio para crear otro tipo de música, tan humana como lo puede ser una canción pop actual. «Los moldes han de romperse. Eso es lo que hacen los artistas. Los ingenieros creamos factores y los artistas los rompen y consiguen una respuesta emocional con nuestras creaciones. Es desesperante para los ingenieros, pero genial para el arte. Eso lo sabemos desde siempre», afirma Adam Roberts, responsable de Google DeepMinds.
El festival arrancó con la demostración de Marije Baalman y su IA que estudia patrones de movimiento. Ella, con sensores en los brazos, se mueve. La IA los computa, los memoriza, los aprende y es capaz después de repetirlos y formar modelos propios a la par que reproduce sonidos acorde a los movimientos. Todavía queda algo rudimentario, pero las posibilidades que abre son increíbles. «No está claro todavía el impacto cultural que tendrá la IA. De momento, de todos los modelos de música con IA generativa vemos algo común, una extrañeza bizarra indisoluble. Lo que está claro es que toda nueva tecnología inventa nuevos géneros de música y estamos todavía a la expectativa de qué inventará éste», señala Jordi Pons, de Stability IA.
El Sónar+D tiene algo de feria. El público puede visitar la zona de proyectos y probar los nuevos inventos. Y la verdad es que es fascinante. Podemos escuchar, por ejemplo, una caja de música que al abrirla nunca repite la misma melodía. Y no son canciones pregrabadas, sino creaciones nuevas realizadas por IA. «Es un invento simple, fácil de utilizar, como las cajas de música de toda la vida, pero tienen ese punto de arte efímero que nos encanta, porque lo que escuchas una vez no lo vas a escuchar nunca más de la misma manera», comenta Lúa Coderch, una de sus creadoras.
En total, son 65 proyectos de 17 países, la mayoría con un punto de ciencia ficción, Por ejemplo, hay un proyecto de la Barcelona Computing Center en el que tú coges un micrófono, el ordenador graba lo que dices y luego trasforma tus palabras en la voz de la cantante Maria Arnal, tecnología que la genial artista llevará al escenario mañana en el Sonar Hall. «La IA cambia el timbre de la voz y la modula en forma de canción. También creamos visuales a partir de esos fragmentos de voz y creamos experiencias inmersivas», asegura Fernando Cucchietti, uno de los responsables del proyecto.
Sensores que nos comunican con las plantas a partir de la vibración y el olor. Redes de comunicación entre flores que han demostrado que algunas se llevan mejor que otras, como si fueran amigas, y que si una se desconecta de la red de comunicación, las demás se preocupen por si le ha pasado algo. Circuitos que utilizan la computación cuántica para seguir el comportamiento de los fotones y cómo reaccionan al ruido. Incluso una camisa hawaiana que permite que los sistemas de vigilancia no te lean como una persona y no aparezcas en la imagen. «Cada vez hay más y más sistemas de videovigilancia que atentan con nuestro derecho a la privacidad. Con este proyecto queremos reflexionar sobre más sobre ello y cuál es el límite que podemos permitir», señala el alemán Simon Weckert, autor del proyecto.
La tarde ya sirvió para dejar entrar al público general y realizar los primeros conciertos y sesiones de dj. El Sónar de toda la vida, vamos. A pesar de las cancelaciones, todavía habrá mucho por ver hasta el sábado de madrugada, desde el nuevo disco de Nathy Peluso a la unión de Alva Noto con Fennesz. A partir de aquí dominarán los espectáculos audiovisuales exclusivos como los de Peggy Gou, BICEP, Max Cooper, Four Tet, Honey Dijon, Skrillex o el guitarrista Yerai Cortés, que cerrará el festival el 15 de junio con un concierto especial en la Fundació Miró.
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