Fortes y Adrián, a hombros en Pamplona

Pamplona mantuvo el ritmo festivo en el noveno festejo de la Feria de San Fermín, con una plaza llena y ambiente caluroso en los tendidos.


Los diestros Fernando Adrián y Jiménez Fortes salieron a hombros tras cortar dos orejas cada uno en una corrida que no fue fácil, pero sí emocionante.
Ginés Marín, con el lote más toreable, firmó buenos pasajes sin redondear faena por fallos con la espada.
La corrida de La Palmosilla, con toros desiguales de presentación y hechuras, tuvo movilidad, pero escasa entrega y fuerza.
Una constante fue su exigencia en lo físico, obligando a los toreros a recurrir al valor y el temple.
Fortes recibió al primero con un farol a portagayola que prendió la mecha.
Luego toreó con verónicas templadas y rematadas con gusto.
Comenzó la faena de muleta de hinojos y con decisión, aunque el toro marcó pronto su falta de entrega.
Lo toreó sobre todo por naturales, donde encontró mejor tranco.
Mató con una estocada efectiva al primer intento y cortó una oreja.
En el cuarto, un toro alto y basto, sin fuerza ni transmisión, Fortes apostó por una faena creativa.
Inició sentado en una silla, y fue construyendo poco a poco su labor. No hubo gran lucimiento, pero sí voluntad. La estocada fue desprendida, pero fulminante.
El palco concedió la oreja y el malagueño amarró la salida en hombros.
Fernando Adrián pasó de la incertidumbre al triunfo.
Con el segundo, un toro incierto y con viajes por dentro, trató de sujetar con firmeza, pero sin éxito. Falló con la espada y escuchó silencio tras un aviso.
Todo cambió en el quinto, el toro más emocionante.
Con casta, pero sin entrega total, el de La Palmosilla se desplazó con exigencia.
Un susto
Adrián, fiel a su estilo, pisó terrenos de cercanías y fue volteado con violencia.
Cayó con la espalda y el cuello contra la arena y quedó a merced. Los pitones le rozaron la cabeza, el cuello y los hombros.
Se levantó aturdido y sin chaquetilla, desarmado.
Volvió a la cara del toro y dejó una estocada algo desprendida, pero fulminante.
La plaza rompió en aplausos, pidió las orejas y el palco las concedió.
Ginés Marín tuvo los toros de mayor calidad en el lote.
El tercero, un colorado con clase y nobleza, permitió un toreo más ligado.
Marín toreó con suavidad y temple, al natural.
No redondeó por completo la faena, pero dejó buen sabor. Pinchó antes de lograr la estocada y perdió la oreja.
En el sexto, más exigente, estructuró la faena más seria de la tarde.
El toro respondió con fondo a los toques firmes del extremeño. La estocada entró al segundo intento, y el palco otorgó una oreja.
En el festejo de hoy se presentan Manuel Escribano, Damián Castaño y Jesús Enrique Colombo, lidiando toros de Miura.
yucatan