Güler pone la luz y Mbappé los goles en el único y fácil amistoso del Madrid antes de la Liga

Hay fichajes que han llegado y hay fichajes que ya estaban. Los primeros formaron en una defensa que va a ser la defensa del Madrid, al menos hasta que Carvajal apriete los dientes. A Trent, Huijsen y Carreras se unía uno de los segundos, Militao, entero y goleador. Un central largamente esperado, aunque hay esperas y esperas, y la del segundo fichaje que ya estaba en el Madrid despierta expectativas que son como las mariposas en el estómago. Es Arda Güler, cuya extraña mirada ve espacios que otros no ven, y cuya pierna izquierda es un percutor de precisión. Los palos de Innsbruck le negaron el gol, en un amistoso facilón ante el Tirol, pero que el Madrid se tomó en serio (0-4), porque tiene a alguien muy serio en el banquillo. Mbappé, con su 10 a la espalda, puso nombre a dos de los cuatro tantos, pero este turco indescifrable tiene cosas de 10 que el Madrid necesita.
Esa seriedad empieza por la presión, sea sobre la salida de balón del oponente como por la reacción inmediata a la pérdida. Se observó ya en el Mundial de Clubes, pero de forma incipiente. Ante el Tirol, fue más coordinada. Si no es de ese modo, un equipo se transforma en un acordeón desafinado. Le ocurría al Madrid con Ancelotti, que prefería el repliegue y la contra, libreto que dio al Madrid una de las mejores épocas de su historia, mejor no olvidarlo. Cuando intentaba la presión sin tenerla trabajada, interiorizada, las pérdidas solían ser contraproducentes. Para que eso no ocurra, Xabi Alonso necesita que en la presión participen todos, y eso señala a Vinicius y Mbappé.
La defensa titularLa línea defensiva que inició el partido, junto a la presencia de Vini y Mbappé en punta, es lo que más se acerca a la titularidad que parece definida, además de Courtois. Las lesiones de Bellingham, Valverde y Camavinga hacen que el centro del campo ante el Tirol, con Ceballos junto a Tchouaméni y Güler, más Brahim escorado a la derecha, fuera algo distinto a lo que veremos con el regreso, seguro, del uruguayo y, más adelante, del inglés. Camavinga, tras su mala pasada temporada, es una incógnita. La decisión clave por parte de Xabi Alonso es si mantendrá a Güler y si éste puede reconvertirse en un verdadero director del juego. Ya lo hicieron otros que llegaron como mediapuntas, Kroos o Modric. Palabras mayores.

Con ese equipo el Madrid partió intenso sobre un rival muy inferior. El Tirol es el líder de la Bundesliga austríaca tras dos jornadas, pero es un líder de otro segmento del fútbol. Fue sometido con más facilidad de lo que encontrará el Madrid en la Liga. Para empezar, ante Osasuna la semana próxima, en el partido de la primera polémica para los blancos por no haber concedido la Liga el aplazamiento, pese al escaso descanso del equipo. Con niveles de posesión en torno al 80%, el amistoso arrancó como un monólogo, en el que el Madrid dominó en todas las suertes. También en el balón parado, que permitió marcar a Militao. En rol defensivo no estuvo exigido, pero el gol, junto al que marcó al Leganés, indica que está de vuelta, bendita vuelta para el Madrid tras un calvario de lesiones.
A Mbappé correspondieron dos goles en un Madrid que rotó y se dosificó, y los resolvió con precisión y seguridad. En el primero giró sobre sí mismo tras un pase iluminado de Güler, cómo no, y en el segundo ganó el espacio para solucionar el uno contra uno con frialdad.
mensaje hacia abajoEse tanto cerró el partido o una parte del partido, tras el que Xabi Alonso cambió todo el equipo para dar entrada, primero, a Lunin, Carvajal, Rodrygo, que dejó el cuarto gol en un momento de dudas sobre su futuro, Fran García, Gonzalo y Rüdiger. Después, los canteranos Yáñez, Thiago y Roberto Martín, un mensaje hacia abajo: habrá oportunidades. Salieron inicialmente los principales, entre ellos un Carreras que tomó la izquierda con personalidad. Güler no lo hizo hasta el último turno de cambios. Necesita todos los minutos que pueda para sentirse uno más entre los principales.
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