Inés Astrain y su regreso a Val D'Aran by UTMB: una quinta plaza, mucho orgullo y la botella siempre medio llena

Inés Astrain cruza un año después la misma meta de Vielha. En 2024 nadie le tosió durante los 55 kilómetros y pico de la carrera de Val D'Aran by UTMB. Arrasó. Ahora ha costado más, durante dos horas solo tuvo ganas de vomitar y marcharse a casa. Pero no se ha rendido: termina quinta, feliz y más sabia.
Es 6 de julio y es tontería preguntar a esta genial atleta navarra -estrella consolidada ya del trail español- dónde pondrá rumbo inmediato: pañuelo rojo, almuerzo con amigos y chupinazo. Fiesta la justa, pues después volverá a dividir su vida entre libros y montañas, con varios proyectos mayúsculos entre unos y otras: espera UTMB en Chamonix y el Mundial en Canfranc. Y se le ilumina la cara.
Bueno, ¿cómo va la temporada?
Creo que este año he tenido mejores resultados que el año pasado. Y ya no tanto los resultados, porque al final los resultados son una posición, pero yo creo que he corrido muchísimo mejor y he tenido muchas mejores sensaciones deportivas.
Cuando dice que ha corrido mejor, ¿a qué se refiere?
Si hago ahora un balance cerrando un poco la primera parte de la temporada, he corrido menos que el año pasado, pero he tenido mejores sensaciones, mejor planificada, entrenamientos yo creo que de más calidad, he recuperado mucho mejor y al final ha sido una planificación bastante mejor que el año pasado.
¿Ahora qué queda?
Los objetivos que tengo ya para la segunda parte de la temporada son objetivos gordos, OCC de UTMB a finales de agosto y el 25 de septiembre el Mundial de Canfranc.
¿Cómo afrontará una carrera tan prestigiosa como OCC?
Bueno, a veces yo pienso que cuanto más nivel hay, menos presión tienes, porque ya no te puedes centrar en esta rivalidad de competir o de decir, bueno, voy a intentar ganar. Hay muchísimas corredoras que van a correr muy bien, entonces te permite centrarte más en tu carrera. Con lo cual OCC, pues para mí va a ser mi primera vez, la quiero preparar, quiero hacer una carrera muy inteligente y vivir la experiencia. La verdad es que tengo mucha ilusión.
¿Ya tiene en mente cómo lo va a hacer?
No, no he visto el recorrido. O sea, solo conozco una parte porque hace tres años corrí la maratón de Mont Blanc, pero todavía no me he planteado cómo lo voy a estructurar. Y ahí está el peso del entrenador, que es en quien confío también, que es quien me ayuda a preparar y a organizar la carrera.
¿Le sigue siempre a rajatabla?
Le sigo rajatabla. Con Fran he aprendido a llevar esa disciplina. Porque me explica y le da sentido a todo. A ver, yo en cuanto a planificación de entrenamientos, con él soy superdisciplinada. Obviamente, si tengo que cambiar un entrenamiento es porque hay siempre un factor que no depende de él, que él no puede controlar. Y es cómo te levantas tú ese día. Te puedes levantar con un gripazo y no poder sacar el entrenamiento de dos horas. A mí Fran, en ese aspecto, por ejemplo, me ha enseñado a escuchar mucho el cuerpo.
¿Y qué le decía en la carrera de Val D'Aran by UTMB?
El día anterior, que empecé a hacer la activación, ¡buah! tenía unas sensaciones brutales. Y así fue también la primera hora de la carrera. Muy buenas sensaciones, ganas de correr, rapidita. Pero yo creo que... pues me pasó un poco factura el tema de la altitud. Porque fueron dos, tres horas. Coincide con ese tiempo en carrera en el que vamos cogiendo altitud. Esas ganas que tenía de correr se fueron transformando en ganas de vomitar y pasé dos horas muy, muy malas. Y luego ya cuando fuimos bajando me fui encontrando mejor. Entonces, tuve malas sensaciones, pero también fui capaz de solventarlas. Sobre todo mentalmente. Y cuando vas mal, conseguir dar la vuelta a la tortilla... jóder es muy importante. Muchas veces parece que ganar y tener la primera posición es una victoria, pero hay que valorar también muchas veces cuando vamos mal en carrera, consigues remontar y tener en ese momento otros objetivos y conseguirlos.
¿Pensó en retirarse?
Sí, sí. En el avituallamiento de Colomers. Me hubiese quedado porque en esos momentos en los que vas tan mal, rendirte es una opción. Y muchas veces la más fácil. Y te la planteas muchas veces. Pero también te digo que era seguir luchando porque sabía que esos malos momentos en algún momento iban a cambiar. Y tuve un pensamiento súper positivo: 'soy súper afortunada de estar corriendo por aquí. La semana que viene cuando esté en mi casa no voy a estar por aquí; entonces Inés, disfrútalo'. Las malas sensaciones acaban pasando. Y efectivamente fue un aprendizaje de vida, todo lo malo acaba pasando. Y que luego no es tan malo como lo estás viviendo en ese momento.
¿Su parte optimista suele vencer a la pesimista?
Siempre, siempre me quedo con la parte positiva. Tengo muy reciente el truño de carrera que hice en Zegama, porque fue un auténtico sufrimiento. ¿Por qué? Creo que tuve una deshidratación muy, muy fuerte. Yo veo las fotos y los vídeos de la carrera y me veo hinchada. Y bebí muchísima agua. No sé. Pero me quedo con algunos puntos muy bonitos de carrera: ver a mis amigos en el Aizkorri, otros que me cogieron cada uno de una mano y me dieron un beso, y me dijeron que me querían... Y dije, ostia, es que me quedo con esos momentos. Llegar a meta, estar con todo el mundo. Al final, es el computo de todo lo que vivimos, ¿no? Toda carrera enseña. Y es lo que te decía antes, cuando corres fácil, cuando corres fluido, cuando todo va bien, correr es más fácil. ¿No? Pero cuando tienes dificultades, tienes adversidades... todo cambia. Mi entrenador lo llama adversidades. Y superar esas adversidades te hacen mejorar. Y verte a ti misma siendo capaz de superar todo, te da una versión de ti muy potente.
Y ahora, rumbo a San Fermín.
Pues mira, hoy voy a hacer una merienda cena en Pamplona con mis amigos, y viviremos el chupinazo. Y luego ya a mediodía por la tarde me iré para Burgos y ya descansar y dormir. Y el lunes a estudiar, que también tengo ganas de coger rutina otra vez.
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