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Jake Paul vs Julio César Chávez Jr: el influencer magnético quiere recibirse de boxeador y prueba el poder de sus puños ante otro ex campeón mundial

Jake Paul vs Julio César Chávez Jr: el influencer magnético quiere recibirse de boxeador y prueba el poder de sus puños ante otro ex campeón mundial

¿Cuántas veces puede un prestidigitador ensayar un truco antes de que pierda su encanto? Quizás Jake Paul no se haya planteado esa pregunta cuando su actividad principal consistía en publicar videos en su canal de YouTube, ya que entonces renovaba constantemente sus retos: practicar yoga desnudo sobre un manto de nieve, lanzar al espacio una conservadora de telgopor atada a un globo cargado de helio, recibir un ataque con gas pimienta. Ahora las cosas han cambiado. El boxeador-influencer (el orden de los términos queda a elección del consumidor) pondrá a prueba nuevamente su capacidad magnética este sábado, cuando enfrente al otrora campeón mundial mediano Julio César Chávez Jr. La pelea podrá verse a la medianoche a través de la plataforma DAZN, previo pago de 14,99 dólares.

“La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer: en ese interregno se verifican los fenómenos morbosos más variados”, escribió Antonio Gramsci en el tercero de sus 29 Cuadernos de la Cárcel, que redactó en 1930 en la prisión de Turi. Si bien el intelectual italiano, uno de los fundadores del Partido Comunista de su país en 1921, cavilaba sobre la pérdida de consenso de la clase dominante y el apartamiento de las masas de las ideologías tradicionales, su reflexión podría adaptarse al combate que se llevará a cabo el sábado en el Honda Center de Anaheim (California), pactado a 10 asaltos y encuadrado en la categoría crucero.

Cinco años y medio transcurrieron desde que Jake Paul gestionó y obtuvo una licencia profesional, concedida por la Comisión Atlética de Florida, y debutó como púgil rentado con una victoria ante el youtuber Ali Eson Gib. Desde entonces, ha invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero para progresar en este deporte. Nobleza obliga, lo ha hecho. Sin embargo, todavía no ha podido superar ese listón que propiciaría despegar la palabra “influencer” de su nombre cuando se habla de su labor sobre un cuadrilátero.

Acicateado por su triunfo ante el incalificable Eson Gib y por el éxito económico de ese evento, Paul se propuso (y logró) afianzar sus pies en un deporte que demanda un rigor y una disciplina mayúsculos. Para ello, apeló a tres estrategias. La primera fue enfrentar (y vencer) a figuras de otras disciplinas que aterrizaron en el boxeo para enfrentarlo, como el exbasquetbolista Nate Robinson o los artistas marciales mixtos Anderson Silva y Tyron Woodley.

También se probó contra púgiles de flacos antecedentes, como Andre August y Ryan Bourland. En ese camino, cuando elevó un poco la vara, registró su única derrota (ante el británico Tommy Fury en febrero de 2023). Su último movimiento, el más cuestionado, fue enfrentar en noviembre pasado a Mike Tyson, que entonces tenía 58 años, que llevaba 19 sin pelear y que seis meses antes había sufrido una úlcera estomacal por la que había estado internado 11 días, había perdido 12 kilos y había recibido ocho transfusiones de sangre, según detalló el excampeón.

En su última presentación, Jake Paul derrotó a Mike Tyson. Foto: Julio Cortez / AP.En su última presentación, Jake Paul derrotó a Mike Tyson. Foto: Julio Cortez / AP.

Si se hace una evaluación deportiva, aquella fue una victoria pírrica para Paul: le valió incontables críticas de quienes lo acusaron (palabras más, palabras menos) de aporrear a un jubilado. Pero fue un rotundo éxito comercial: la pelea convocó en el AT&T Stadium de Arlington a 72.300 personas, que dejaron 18,1 millones de dólares en las boleterías. Además, se registraron 65 millones de conexiones simultáneas para ver el pleito a través de Netflix (de acuerdo con los datos aportados por la plataforma), que por primera vez transmitió un evento de boxeo en vivo.

Este sábado, el peleador-promotor (organiza el evento con su empresa, Most Valuable Promotions) repetirá la fórmula de tener como partenaire a un excampeón mundial cuyos momentos de gloria ya iniciaron el proceso de apolillamiento, aunque los pergaminos de Julio César Chávez Jr. son bastante más delgados que los de Tyson. De hecho, un mes después de derrotar a Iron Mike, Paul había rechazado de plano un enfrentamiento con el mexicano. “Quiero a alguien más duro. Él es (un rival) fácil de pelear y quiero a alguien más duro que haga callar a la gente”, explicó, sabedor de que buena parte del mundillo del boxeo lo mira con desdén y lo considera un arribista.

Un rosario de nombres de peleadores de las más diversas categorías se lanzó sobre la mesa en la que se trazaba el siguiente movimiento del influencer nacido en Cleveland y afincado en Dorado (Puerto Rico). La lista incluyó al mexicano Saúl Canelo Álvarez (supermediano), al británico Daniel Dubois (pesado), al ruso Artur Beterbiev (mediopesado), a los estadounidenses Ryan García (wélter) y Gervonta Davis (ligero), y hasta a la campeona indiscutida de peso completo, la estadounidense Claressa Shields.

Jake Paul realizará el sábado su 13ª pelea profesional. Foto: Most Valuable Promotions.Jake Paul realizará el sábado su 13ª pelea profesional. Foto: Most Valuable Promotions.

“Hay una fila larguísima. Pueden comprar una entrada y hacer fila para ver con quién quiero pelear. Soy el boxeador que más dinero gana, así que todos quieren pelear conmigo. Cuando sos la chica guapa de la cuadra, podés hacer lo que te dé la gana”, afirmó El Gallo en diciembre. Sin embargo, de esa larguísima fila terminó eligiendo al hombre al que inicialmente había despreciado. “Un mexicano cobarde (Álvarez) tuvo miedo de pelear conmigo, otro gran boxeador (Davis) no cumplió. Hablamos con (el youtuber) KSI, con Tommy Fury. Eso me llevó a Chávez y a mantener el camino de enfrentar a oponentes reales, excampeones mundiales, y seguir activo en mi camino a ser campeón del mundo”, argumentó.

En términos gramscianos, Chávez, el hijo mayor de una leyenda del boxeo mexicano, representa lo viejo que no termina de morir. El peleador nacido en Culiacán tiene 39 años, una carrera que comenzó hace 22 e incluye 61 combates (54 victorias, seis derrotas y un empate), y una vida plagada de tropiezos, muchos de ellos ventilados a los cuatro vientos: resultados adversos en controles antidoping, suspensiones, consumos problemáticos, noches en prisión y profundos conflictos familiares.

El sinaloense fue campeón mundial mediano del Consejo Mundial de Boxeo entre junio de 2011 y septiembre de 2012, cuando cedió la corona a manos de Sergio Maravilla Martínez. Desde entonces, su carrera fue un tráiler que acompañó, débilmente amarrado, el tempestuoso viaje de su vida. Si bien protagonizó otras dos peleas de alto perfil, en ambas dejó una pobre imagen: en mayo de 2017, fue muy ampliamente superado por Canelo Álvarez en Las Vegas; en diciembre de 2019; abandonó tras cinco asaltos muy desfavorables ante el estadounidense Daniel Jacobs en Phoenix y fue despedido por el público con una lluvia de proyectiles.

En su última actuación, hace casi un año, Julio César Chávez derrotó al artista marcial jamaiquino Uriah Hall. Foto: AFP.En su última actuación, hace casi un año, Julio César Chávez derrotó al artista marcial jamaiquino Uriah Hall. Foto: AFP.

Una vez en los últimos tres años y medio subió el mexicano a un cuadrilátero. Fue para enfrentar y vencer por puntos al artista marcial jamaiquino Uniah Hall en Tampa el 20 de julio de 2024. Unos meses antes había sido detenido por tener armas no registradas en su casa de Los Ángeles y se había sometido a un tratamiento domiciliario de desintoxicación (una de las condiciones que el tribunal que entendió en su caso le impuso para concederle la libertad).

¿Con qué versión de Chávez se encontrarán quienes asistan el sábado al Honda Center? “Me preparé a tope, a conciencia, para llegar mejor que nunca físicamente, bien concentrado. Tengo que estar al 100% para la pelea”, sostuvo el excampeón, quien descartó tajantemente la posibilidad de perder y presentó esta pelea como el combustible para dar un nuevo impulso a su carrera. “Existe la oportunidad de pelear por el campeonato mundial, incluso hasta hacer la revancha con Canelo”, se ilusionó. Sobre su rival, dijo que estaba “sobrevalorado”. “No ha peleado con nadie en su vida, nunca ha noqueado a nadie. Es como si peleara con mi papá ahorita. Cuando él nació, yo ya era campeón”, exageró.

Si pretende que lo nuevo finalmente pueda nacer, Paul deberá utilizar a Chávez como el escalón que le permita acercarse a un nivel superior, el de los boxeadores de mediano pedigrí y de carrera vigente. “Sé que soy el mejor del mundo y que voy a ser campeón mundial”, vocifera ante quien quiera oírlo. Pero repetir una sentencia, por muy fuerte que se lo haga, no la convierte en realidad. Más pronto que tarde, el peleador de 28 años, que tiene un récord de 11 victorias y una derrota, deberá elevar el nivel de oposición. Si es que realmente aspira a codearse con los mejores de su categoría.

En estos días, los campeones de la división crucero son el sueco Badou Jack (Consejo Mundial de Boxeo), el australiano Jai Opetaia (Federación Internacional de Boxeo) y el mexicano Gilberto Ramírez (Asociación Mundial de Boxeo y Organización Mundial de Boxeo), quien enfrentará al cubano Yuniel Dorticos en el semifondo de la cartelera en Anaheim. Todos ellos están hoy varios pasos delante de Paul, mal que le pese al estadounidense.

Clarin

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