Seleccione idioma

Spanish

Down Icon

Seleccione país

Spain

Down Icon

La nueva (y sana) rivalidad que nació en la final que nadie mereció perder en Roland Garros

La nueva (y sana) rivalidad que nació en la final que nadie mereció perder en Roland Garros

La final de Roland Garros no era un partido cualquiera. No solo porque había un gran título en juego sino, sobre todo, porque se enfrentaban los dos mejores jugadores del momento (por sensaciones y por ránking ATP) en un escenario desconocido: era la primera vez que ambos tenistas se medían en una final de Grand Slam y, hasta la fecha, ninguno había perdido en el partido por el título de un grande. Y, como era lógico, este domingo tendría lugar un desempate... que cayó del lado de Carlos Alcaraz en un partido épico.

El tenista español levantó su quinto Grand Slam en la arena parisina en la que, hasta ahora, puede ser considerada como la gran victoria de su carrera. Solo tiene 22 años recién cumplidos, pero el triunfo logrado por el español es de esos que quedan grabados para siempre. En una impresionante remontada, cuando parecía que poco o nada podía hacer, Alcaraz fue capaz de remontar tres bolas de partido para hacerse con el título, en la final que nadie mereció perder.

Foto: Alcaraz ha ganado su segundo Roland Garros. (Reuters/Denis Balibouse)

Alcaraz y Sinner ya pueden presumir de ser los dos principales protagonistas de la nueva rivalidad del tenis mundial. Los dos mejores jugadores del momento, a la espera de que aparezca un tercero en liza que les complique aún más, son esos jugadores que siempre se ven las caras en las rondas finales de los torneos. Tras la gran final de Roland Garros, es la cuarta vez de las doce que se han enfrentado en el circuito que tiene lugar en un partido por el título. Pero esta fue distinta.

Es cierto que parece que el español le tiene cogida la medida al italiano en los enfrentamientos directos, pues ha ganado 8 veces por las 4 del número uno del mundo. Pero no hay que olvidar que muchos de esos triunfos se han producido por detalles. De hecho, en esta final de Roland Garros, recordemos: Sinner tuvo hasta tres bolas de partido y que, en un momento determinado, vencía 4-6, 6-7 (4), 6-4, 3-5 y 0-40... con todo para ganar. Pero un español decidió no rendirse en París.

Fruto de esa pelea, de esa casta, de esa capacidad para no rendirse y de que no le temblara el pulso en los momentos complicados, Alcaraz fue capaz de dar la vuelta a un partido que parecía imposible. Pero lo bueno de la rivalidad entre el español y Sinner es que es una batalla a brazo partido en la pista donde nadie se guarda nada pero, una vez acaba, los abrazos y las palabras de cariño son la norma. Nada de malos gestos o enfados. Un ejemplo de deportividad que ya es universal.

Alcaraz y Sinner no son solo los mejores jugadores, sino que son capaces de proyectar la imagen de cómo se debe de comportar un deportista en la pista, tanto en la victoria como en la derrota. Las buenas palabras y el compañerismo, a pesar del dolor por la derrota, son la mejor manera de confirmar cómo hay que entender el deporte. Este domingo le tocó a Sinner y su comportamiento no solo fue brillante, sino que fue un espejo perfecto de lo que debe de enseñarse en las escuelas formativas.

"Ante todo, Carlos, felicidades. ¡Un partido increíble! ¡Una batalla increíble! ¡Todo increíble! Para ti y tu equipo. Me alegro mucho por ti. Te lo mereces. ¡Felicidades! Este domingo lo hicimos lo mejor que pudimos. Lo dimos todo. Hace un tiempo, habríamos firmado para estar aquí. Y, pese a perder, puedo decir que fue un torneo brillante. Ahora es muy, muy difícil de asumir y seguro que esta noche me costará dormir, pero está bien", explicaba Sinner nada más acabar.

La victoria de Alcaraz le permite sumar su quinto Grand Slam donde, de momento, ha ganado todas las finales que ha jugado. Eso sí, desde el año pasado, los dos son los únicos jugadores que han ganado Grand Slam, con tres para Sinner (Australia 24, US Open 24 y Australia 25) y otros tres para Alcaraz (Roland Garros 24, Wimbledon 24 y Roland Garros 25). Es el comienzo de una gran, pero sana rivalidad en el tenis, que quedó confirmada en la final que nadie mereció perder. Por suerte para España, se la llevó Carlitos.

El Confidencial

El Confidencial

Noticias similares

Todas las noticias
Animated ArrowAnimated ArrowAnimated Arrow