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Marc Márquez y su dominio en Aragón o cómo un genio logra la plenitud de su arte

Marc Márquez y su dominio en Aragón o cómo un genio logra la plenitud de su arte

Desde el Gran Premio de Alemania en Sachsenring en el año 2015, ningún piloto dominaba todas las sesiones de entrenamientos y carrera. El protagonista de semejante hazaña fue entonces el mismo que lo ha logrado diez años después en el Gran Premio de Aragón: Marc Márquez. Pero hay una diferencia que refuerza aún más el mérito de cuando un piloto está claramente por encima de sus rivales. En esta ocasión hay que añadirle una victoria en la carrera al sprint, que entonces no existía.

Todos sabemos que Marc es un fuera de serie, pero está claro que aquí hay algo más. Esta pista encierra algún secreto que hace que el catalán eleve el listón a un nivel absolutamente inalcanzable para cualquier otro. Álex Márquez, el único piloto que ha conseguido en lo que llevamos de temporada plantarle cara, tiene una explicación muy elocuente. "Si hay un aspecto en que Marc destaca es en las curvas largas de izquierda. Si algo tiene este circuito es justamente eso".

"Marc, cuando se formó como piloto hizo mucho dirt-track, que se practica sobre un óvalo de tierra batida, donde siempre se gira a izquierda. Ahí desarrolló esa habilidad que tiene de entrar muy rápido con la rueda delantera deslizando y mantener luego la velocidad en la curva. A mí, sin embargo, por cómo crecí deportivamente, se me dan mejor las curvas a derechas. Son pequeños detalles, pero importan y por eso, lo que me toca en una situación así, es hacerlo lo mejor posible y no fallar".

El menor de los dos hermanos Márquez reconoció que, en una situación así, lo mejor es no cebarse en intentar superarle y arriesgarse a una caída. "En la carrera al sprint, traté de marcharme, pensando que Marc se había quedado bastante atrás en la salida, pero luego vi que por desgracia no era así", admitía Alex entre risas, Cuando llegas a uno de estos circuitos con estas curvas de izquierdas lo mejor es pensar en los puntos del Mundial y no arriesgar caídas que se puedan pagar muy caras en cuanto a los puntos que pierdes para el campeonato.

placeholder Marc Márquez sabía que un exceso de confianza podía ser su principal enemigo. (Europa Press)
Marc Márquez sabía que un exceso de confianza podía ser su principal enemigo. (Europa Press)
Foco absoluto en no fallar

Pero Marc, quizá fruto de saberse superior, estuvo durante todo el fin de semana más tenso que de costumbre. Sólo cuando pasó la bandera a cuadros, el de Cervera dio rienda suelta a su alegría. La herida de Austin o Jerez, dos trazados donde Marc saca lo mejor de su repertorio, estaba grabada a fuego. Nada de confiarse, nada de exhibiciones innecesarias, nada de costosas pérdidas de concentración. Márquez sabía mejor que nadie que, en su circuito fetiche, él era su peor enemigo.

En la carrera al sprint, Marc tuvo sus momentos de tensión, como el roce en la arrancada con Pedro Acosta y la pelea, hasta acabar superando a su hermano. Pero sabía que si no cometía errores el triunfo acabaría siendo suyo. En el Gran Premio, el domingo, se puso primero desde la primera curva, pero la ventaja sobre su hermano Álex y su compañero de equipo, Pecco Bagnaia, sólo crecía unos pocos metros cada vuelta. El momento de mayor distancia sobre Alex fue de apenas tres segundos. Tenía claro que para acabar primero, primero hay que acabar (Ron Dennis dixit).

Fue muy reconfortante ver a Pecco Bagnaia de nuevo peleando en la cabeza de carrera. Lo de ver al bicampeón italiano en la carrera al esprint fuera incluso de los diez primeros era del todo incomprensible. Pecco ha reconocido que la Ducati de esta temporada no le da ninguna confianza en el tren delantero y que esa es la fuente de todas sus desventuras en 2025. Unos cambios en los frenos en el Warm-up del domingo, obraron la magia y gracias a tener una deceleración más progresiva, la mejora fue notoria.

El italiano reconoce que la Ducati GP25 es muy radical en su tren delantero respecto a su antecesora, la GP 24. Para Marc esto no parece ser un problema, pero admite que él no es como Marc. Necesita tener la moto adaptada a su estilo para dar su mejor versión. Es absurdo pensar que esta radicalidad se debe a que Gigi Dall'Igna el jefe técnico de Ducati, creó esta moto para favorecer a propósito el estilo de Marc.

placeholder Álex Márquez es el único que está poniendo las cosas difíciles a su hermano. (Europa Press)
Álex Márquez es el único que está poniendo las cosas difíciles a su hermano. (Europa Press)
El arte de encontrar el límite

El problema de la radicalidad de esa Ducati, que sólo Marc parece ser capaz de extraer, no necesita de conspiraciones ni tratos de favor. La moto del año pasado, la GP24, como puede atestiguar Alex Márquez, es una moto tan pluscuamperfecta que intentar mejorarla te puede llevar a forzar unos límites que la conviertan en un aparato de muy difícil pilotaje. ¿Ahora bien, independiente de una habilidad innata, qué tiene de particular el estilo de Marc para sobreponerse a esa violencia en la frenada?

En los neumáticos y el tren delantero, se halla gran parte del nudo gordiano de la actual generación de motos de gran premio. Es muy raro ver ya caídas después de un latigazo del neumático trasero. El cambio ha sido para bien, porque los daños físicos en los pilotos son mucho más leves cuando te arrastras al perder adherencia de la rueda delantera a salir 'por las orejas' cuando falla la rueda trasera. Aquella circunstancia trajo de cabeza a toda una generación de pilotos europeos de hace tres décadas, porque sólo americanos y australianos sabían derrapar de atrás.

Si ya era difícil para los Pons, Uncini, Sarron, Chili, de Radigues, etc. el arte de deslizar la moto, Freddie Spencer, vino a dar una vuelta de tuerca a la técnica que introdujeron Kenny Roberts y Randy Mamola, a base forzar la rueda delantera a la entrada de las curvas para recuperar la verticalidad lo antes posible deslizando la rueda trasera en aceleración. Justo lo que hoy día Marc Márquez hace como nadie.

Es posible que Pecco Bagnaia, a base de trabajo, logre dulcificar la violencia del tren delantero de la Ducati GP25 y en futuras carrera plante cara a este sexto sentido de Marc Márquez. Pero de momento tendremos que aferrarnos a la consistencia de Álex Márquez para que este Mundial siga vivo. Y por supuesto, tener más circuitos 'de derechas', porque ya asumimos que todo lo que se parezca al trazado de Motorland Aragón sólo nos va a traer nuevas exhibiciones de un genio en la plenitud de su arte.

El Confidencial

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