Los Ángeles produce pequeñas réplicas

Los Ángeles. Las protestas contra las redadas migratorias del presidente Donald Trump se extienden en Estados Unidos a pesar del despliegue de la guardia nacional y los Marines en Los Ángeles y las amenazas de represión.
En Los Ángeles, donde comenzaron los disturbios la semana pasada, ayer imperó la calma en las calles del centro de la ciudad.
"Diría que, en general, todo está en orden aquí en la Zona Cero", declaró la manifestante Lynn Sturgis, una maestra jubilada de 66 años.
"Nuestra ciudad no está en llamas, no se está quemando, como nuestro terrible líder intenta decirles", añadió en referencia al presidente Trump.
"Si nuestras tropas no entraran en Los Ángeles, ahora mismo estaría ardiendo", dijo Trump en las redes sociales ayer. Añadió que sus habitantes tuvieron "mucha suerte".
A pesar de las amenazas de Trump de desplegar la Guardia Nacional en otros estados gobernados por demócratas, las protestas se propagan.
Miles de personas se manifestaron en Nueva York el martes por la noche y también hubo protestas en Chicago.
Para este miércoles también se planearon manifestaciones en Nueva York, Seattle, Las Vegas y otras ciudades.
El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, anunció el despliegue de la Guardia Nacional contra una protesta anunciada para el miércoles en San Antonio.
Los organizadores amenazan con manifestaciones el sábado, cuando Trump presidirá un desfile militar en el centro de Washington.
En un discurso en una base militar el martes, Trump advirtió que cualquier protesta durante el desfile militar de Washington se toparía con una "fuerza" muy contundente.
Ayer, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, dijo que el despliegue de miles de tropas en Los Ángeles tenía por objeto mantener la ley y el orden mientras los agentes federales hacen su trabajo.
¡La migra!
Cuando oficiales se bajaron de varias camionetas en el estacionamiento de una tienda de materiales de construcción en Los Ángeles la semana pasada, unos cien trabajadores indocumentados se echaron a correr al grito de "¡la migra!", despavoridos ante la idea de ser deportados.
"Es como si fuera una película", recordó ayer Óscar Mendía, un guatemalteco que contó 25 migrantes arrestados en la redada del viernes pasado junto a un local de la cadena Home Depot. "La gente se escondía debajo de la madera, en la basura, en donde encontraban un huequito".
La operación fue parte de la arremetida antimigratoria que la administración Trump desplegó ese día en fábricas y sitios de trabajo en la segunda mayor ciudad de Estados Unidos y que desencadenó cinco días de protestas y disturbios.
"Todo eso comenzó aquí", dijo Mendía, mientras señalaba el estacionamiento en el que ahora apenas se veía una veintena de personas.
El guatemalteco, quien ha vivido 26 años sin documentos en Estados Unidos, nunca había estado en una redada.
Una cosa es verlo en la televisión, dijo, y otra vivirlo.
"Te quedas como paniqueado (aterrorizado), te asustas cuando ves una van, así como esa, mira", dijo, al apuntar a una camioneta blanca.
Eleconomista