Edomex en crisis: El silencio de Delfina Gómez ante el caos

Mientras el Edomex enfrenta una crisis de seguridad con restos humanos en Ecatepec y una emergencia hídrica por el Cutzamala, la gobernadora Delfina Gómez guarda silencio. Analizamos la falta de respuesta política.
El Estado de México vive horas críticas: una crisis de seguridad desatada por el hallazgo de restos humanos en Ecatepec y una emergencia hídrica que amenaza el abasto de agua. Ante el caos, la ausencia de una postura contundente por parte de la gobernadora Delfina Gómez genera cuestionamientos.
Toluca, Edomex.- Dos crisis simultáneas han puesto bajo los reflectores la capacidad de respuesta del gobierno del Estado de México. Por un lado, la brutal exhibición de violencia del crimen organizado con el hallazgo de una cabeza humana en Ecatepec y un torso en Acolman; por otro, la emergencia hídrica por los niveles históricamente bajos del Sistema Cutzamala. Ante este panorama, la falta de una declaración pública y enérgica por parte de la gobernadora Delfina Gómez Álvarez ha generado un vacío de liderazgo que es duramente criticado.
Mientras la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ha iniciado las investigaciones por los restos humanos, y los municipios afectados por la sequía implementan medidas de emergencia, la máxima autoridad política de la entidad ha mantenido un notorio silencio sobre los hechos que más alarman a la población.
El abandono de restos humanos bajo una cámara del C5 y con narcomensajes no es solo un acto criminal, es un desafío directo a la autoridad del Estado. La percepción de inseguridad en municipios como Ecatepec es una de las más altas del país, y actos como estos exigen una respuesta política firme que vaya más allá de los comunicados técnicos de la fiscalía.
La ciudadanía espera un mensaje de la gobernadora que condene los hechos, anuncie una estrategia de seguridad contundente y garantice que se utilizarán todos los recursos del estado para combatir a los grupos criminales que aterrorizan a la población. Este silencio puede ser interpretado como una señal de debilidad o de falta de control sobre la situación.
Paralelamente, la crisis del Cutzamala pone en evidencia un problema de gestión y planeación a largo plazo. Aunque es un fenómeno influenciado por el clima, la falta de inversión en infraestructura y el combate a las fugas y el huachicoleo de agua son responsabilidades directas del gobierno estatal.
En el pasado, la gobernadora ha sido confrontada por ciudadanos por problemas de gestión, como ocurrió en Chalco por inundaciones, donde la presidenta electa Claudia Sheinbaum tuvo que intervenir para defenderla, argumentando que «no es fácil solucionar el problema».
La falta de una comunicación clara y directa por parte de la gobernadora sobre la magnitud de la crisis hídrica y las soluciones que se están implementando a nivel estatal genera incertidumbre y desconfianza. La estrategia de dejar que los municipios enfrenten la crisis de manera individual, como en el caso de Tlalnepantla perforando sus propios pozos, puede ser vista como una falta de coordinación y liderazgo central.
En momentos de crisis, el liderazgo político es fundamental para calmar la ansiedad pública, delinear un plan de acción y demostrar que el gobierno tiene el control. El silencio, en cambio, solo abona al miedo y a la percepción de un estado rebasado por sus problemas.
La Verdad Yucatán