Hacer la Pascua antes de Ramos
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Fer Pasqua abans de Rams es un antiguo dicho catalán aplicable a situaciones diversas. Josep Pla escribió “La Monserrateta ha fet pasqua abans de rams” refiriéndose a una moza que se había quedado preñada antes de tener novio casadero, algo socialmente reprochado por entonces y que hoy resulta admisible. La expresión tiene fuerza y los siempre expeditivos castellanos la asimilaron reduciéndola a “hacer la pascua”. Solicité la ayuda del profesor Juan Luis Goikoetxea para dar con un dicho similar en euskara y el resultado que pongo en manos del lector es: “Herriko haizeak jo baino lehen, iparra galdu”, es decir: “Perder el norte, antes de que llegue el viento sur”. Sabida es la relación aversiva de los vascos con los vientos meridionales, hasta el extremo de que el Fuero Viejo de Bizkaia lo considerase una atenuante para los delitos cometidos baja la influencia del viento sur. Perder el norte antes de que llegue el viento sur es por tanto hacer la Pascua antes de Ramos. Y algo de eso, que quieren que les diga, ha hecho el EAJ-PNV en su proceso de renovación interna. No pretendo ser original, puesto que muchos observadores, analistas y militantes han puesto el dedo en esa llaga.
El proceso de renovación de cargos se está llevando a cabo con una cautela que roza la pusilanimidad, como si ante las dificultades que afronta el partido la solución no fuese otra que seguir jugando con la misma pelota, pero dejando a ciertos jugadores veteranos en el banquillo. Cierto, aquellos veteranos ejercieron durante muchos años un liderazgo moral gobernado por la conveniencia práctica, así que forzosamente perdieron su validez. A pesar de que se dedicaron a construir desde la escucha, pareció como si oyeran cosas imposibles: húmedas raíces respirando, fruta sudando, latidos de los corazones de los anímales...
El lehendakari, Imanol Pradales, en el Palacio Ajuria Enea de Vitoria
L. Rico / EFEA ese fenómeno, Michael Herr, uno de los mejores reporteros de la guerra del Vietnam le llamaba clariaudiencia , es decir, exceso de la percepción auditiva generada por el miedo al enemigo Vietcong emboscado en la espesa jungla. El proceso de escucha del EAJ-PNV estaba contaminado por el miedo escénico de saberse un partido en fase de reflujo, pérdida a chorros de votantes, precaria vida militante y con una presencia acechante de la izquierda abertzale que no están sabiendo contrarrestar. ¡Ay de aquellos que tienen ojos, pero no ven, y oídos, pero no oyen! En esas circunstancias, el chismorreo y la rumorología se alimentan que da gusto, reduciendo toda la crisis a un enfrentamiento entre matrimonios o una medieval lucha de clanes familiares y jauntxos. Por si fuera poco, para dirigir el cotarro se ofrecen devotos promotores de sí mismos que lideran un proceso sin fervor con un tranquilizador business as usual o aquí todo sigue igual, aquí no pasa nada. Así que todo son miradas ceñudas, y afiliados que ante las dificultades balbucean que no hay nada que hacer. El fervor no lo es todo, pero sin fervor poco se puede hacer. ¿En qué cruce de caminos se extravió el fervor?
Hay tiempo disponible para esa reparación a no ser que se anticipen las elecciones generalesSe buscaron remedios ortopédicos: dictámenes de académicos, análisis de consultoras, informes de prescriptores ideológicos. Mucho papel y nulos resultados. “Componer muchos libros no tiene fin; y el mucho estudio es fatiga de la carne”, advierte el Eclesiastés, 12:12. Y se sigue por esa misma senda de extravío cuando nos acabamos de enterar que el Gobierno vasco ha encargado a una consultora la redacción del plan industrial. ¿Acaso no hay gente capaz dentro de la Administración para llevarlo a cabo? ¿No hay militancia cualificada para analizar, debatir y proponer un cuerpo ideológico y una estrategia política? Creo que el EAJ-PNV necesita una profunda mirada introspectiva. “Miré dentro de mí y me encontré con un mundo entero” hace decir Goethe al joven Werther. Esa mirada hacia dentro es un proceso gradual que exige tiempo, probidad, simplicidad y alejamiento de ruidos. Ese mundo entero interior es la propia historia política del PNV, su práctica a lo largo de más de un siglo de aciertos y decepciones, la entereza y probidad de sus dirigentes, que siempre tuvieron claro que servían a un ideal sin esperar recompensa material. Si el EAJ no lo pone en práctica y no consigue lo que podríamos llamar una refundación del partido, que se prepare a ir por detrás reducido a una sombra de sí mismo. El proceso de renovación interna finalizará los días 29 y 30 de marzo en la asamblea general que se celebrará en San Sebastián. Serán renovados los dirigentes, algunos no tan nuevos, que deberían tener como tarea principal refundar un partido que ponga al día el “Euskadi es la patria de los vascos”. En estos tiempos de desconcierto, cuando la verdad no cuenta –toda la humanidad girando por el gozne de un destino liderado por millonarios y sátrapas políticos–, la identidad nacional y la cohesión social que esa identidad religa son nuestra mayor fuerza y consuelo. Poner en valor el abertzalismo, el patriotismo, es diferenciarlo de sus malvados gemelos: el chovinismo y la xenofobia, que airean a todo trapo los grandes del mundo y sus acólitos a izquierda y derecha. Nada más parecido al chovinismo de Trump que el gran nacionalismo ruso de Putin; nada más igual a la xenofobia del presidente húngaro Viktor Orbán que la de Alice Wiedel, líder de la neonazi AfD.
El EAJ-PNV necesita una profunda mirada introspectivaCreo comprender la conveniencia de celebrar una asamblea general para renovar los dirigentes antes de refundar un partido que está en crisis: se trata de capear el temporal teniendo sujeta la tripulación. No sé si acertarán los oficiales al mando. En otras circunstancias difíciles, Xabier Arzalluz propuso poner proa al temporal y mantenerse al rumbo. Claro que era un consejo, casi una orden, para una embarcación sometida al embate externo, pero con una tripulación unida en la adversidad. Y así salió triunfante el lehendakari Ibarretxe. Ahora los tiempos son más difíciles porque el navío hace aguas, crujen las cuadernas y hay que llevarlo al astillero para una gran reparación que incluya una nueva proa rompedora de hielos. Hay tiempo disponible para esa reparación, a no ser que se anticipen las elecciones generales, que pillarían a contramano al PNV.
Lee tambiénEl proceso de renovación ha comenzado sin debate político previo, solo nominaciones a cargos. “Herriko haizeak jo baino lehen, iparra galdu”; “perder el norte antes que atender los vientos del pueblo”, “hacer la Pascua antes de Ramos”–hasta el propio calendario elegido (29-30 de marzo, antes de Ramos) lo confirma–, pero así y todo el PNV tiene la oportunidad de refundarse y pasar a denominarse, actuar y ser el Partido Nacional Vasco, Eusko Alderdi Nazionala. Estas reflexiones personales de un no afiliado contravienen aquel artículo de un burukide que alertaba contra las injerencias externas en el debate del PNV. Espero que no las tomen de esa manera, pues si así fuera yo mismo estaría “haciendo la Pascua” antes de Ramos, cosa que en absoluto pretendo.
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