Putin: «La globalización liberal se agotó, BRICS liderará el futuro»

Desde Moscú y a través de una videoconferencia cuidadosamente planificada, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, apareció en la cumbre de líderes BRICS celebrada en Río de Janeiro. Con una voz firme y desafiante, declaró ante los representantes de 21 países que la era de la globalización liberal ha llegado a su fin.
“Todo indica que el modelo de globalización liberal se está volviendo obsoleto”, afirmó.
Sus palabras resonaron en una sala marcada por la diversidad, la urgencia y el deseo compartido de los países del Sur Global de reconfigurar el orden mundial.
Putin no asistió presencialmente a la cumbre. Su ausencia no fue casual. La Corte Penal Internacional mantiene vigente una orden de arresto en su contra por presuntos crímenes de guerra relacionados con la deportación de niños ucranianos a Rusia.
El Kremlin, fiel a su narrativa, ha calificado estas acusaciones como “indignantes e inaceptables”. Aun así, el mandatario no se limitó en su discurso y aprovechó el foro BRICS para enviar un mensaje al mundo: Rusia no se aisla, sino que busca nuevos caminos y aliados.
Putin fue directo:
“El centro de la actividad empresarial se está desplazando hacia los mercados emergentes.”
Con esa frase, reafirmó lo que muchos miembros de los BRICS ya sostienen: el futuro económico del planeta no está en Washington, Londres o Bruselas, sino en ciudades como São Paulo, Yakarta, El Cairo y Nueva Delhi.
Para el presidente ruso, estos cambios representan “una transformación fundamental del mundo”, que debe ser acompañada por nuevas estructuras financieras, alianzas geopolíticas y formas de gobernanza global que no estén dominadas por Occidente.
Desde su creación, BRICS ha buscado ser una alternativa al poder hegemónico del G7. Hoy, con la incorporación de Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Indonesia e Irán, el grupo ha ganado peso estratégico.
Putin aplaudió esta ampliación, destacando que refuerza el papel de BRICS como “el motor del cambio económico global”. Con más de 40% del PIB mundial y más de la mitad de la población global, el bloque emerge como la gran apuesta por un multilateralismo renovado y no alineado.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cumbre, también alzó la voz. Denunció que el multilateralismo está “bajo ataque” y que las instituciones globales creadas tras la Segunda Guerra Mundial ya no responden a los desafíos del siglo XXI.
En ese contexto, BRICS se presenta como una alternativa, no solo económica, sino también ética y política, que busca ofrecer un contrapeso al modelo liberal occidental que muchos países del Sur Global consideran injusto y excluyente.
La cumbre BRICS 2025 se desarrolla en un mundo polarizado, con conflictos en Europa del Este, tensiones en Asia-Pacífico y un reordenamiento general de alianzas geopolíticas. La guerra en Ucrania, aunque ausente en la agenda oficial, está presente en los pasillos, los discursos y los silencios.
Putin, al declarar el “agotamiento” de la globalización liberal, propone un nuevo paradigma internacional donde las reglas no sean dictadas por una élite occidental, sino por una coalición plural y diversa de países emergentes.
La intervención de Putin en la cumbre BRICS no es solo un mensaje geopolítico. Es un símbolo de la disputa por el relato mundial. Al declarar la muerte de la globalización liberal y resaltar el ascenso de los mercados emergentes, Rusia intenta reposicionarse como líder de una nueva era, aún en medio del aislamiento que enfrenta por sus acciones militares.
La historia dirá si este bloque logra materializar sus ambiciones o si, como en otras ocasiones, la falta de cohesión interna y los intereses contrapuestos frenan el impulso. Por ahora, lo cierto es que el Sur Global ha hablado. Y el mundo escucha.
La Verdad Yucatán