Día libre en Italia o seguro médico gratuito en Croacia: los incentivos europeos para la donación de sangre

Más de un millón de españoles donó sangre o componentes sanguíneos en 2023. En concreto, la cifra total fue de 1.122.239 y el 16,16%, 181.342 personas, se convertían en donantes por primera vez.

Este gesto solidario, voluntario y altruista salva vidas en todo el mundo. En general, los mayores de edad que pesen más de 50 kilos y que no hayan padecido enfermedades transmisibles por la sangre pueden donar con un tope de tres veces al año para mujeres y cuatro para los hombres.

Hay excepciones que impiden la donación de manera temporal. Por ejemplo, si has sufrido una intervención quirúrgica, debes esperar una semana en el caso de cirugía menor y cuatro meses en el caso de cirugía mayor y en caso de tatuajes o perforaciones, el tiempo sin donar también será de cuatro meses.

En cambio, otras personas nunca podrán ser donantes: los enfermos de hepatitis B, aunque ya estén curados, hepatitis C o VIH. Esta indicación se extiende a los diabéticos insulinodependientes, pacientes con epilepsia (hasta pasados tres años sin tratamiento) o los que padecen una enfermedad grave.

Luis Larrea, miembro de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), explica a este periódico que se hacen campañas de donación, “aunque es difícil llegar a toda la población”. “Actualmente, hay muchos mensajes que intentan buscar la solidaridad de todo el mundo y este es uno más. Existen campañas dirigidas en épocas en las que hay poco stock, como Semana Santa o Navidad”, confiesa.

De hecho, cuenta que ahora están inmersos en una campaña para captar a donantes de plasma [la parte líquida de la sangre, un líquido transparente o ligeramente amarillento que constituye alrededor del 55% del volumen total de la sangre]. “Los niveles son bajos y se necesita para la fabricación de medicamentos. Se han hecho campañas nacionales y regionales y, por el momento, la respuesta está siendo buena, aunque nos gustaría que aumentara el número”, sigue.

Igualmente, recuerda la importancia de ser donante: “Hay gente que solo es consciente de la falta de sangre cuando tiene algún problema de salud. Nos preocupa que la población envejece y tenemos que captar donantes jóvenes. La pirámide poblacional se ha invertido y hay que diversificar las campañas, antes en prensa y televisión funcionaban, pero ahora están más atentos a las redes sociales. Hay que adaptarse a este tipo de mensajes y a veces es difícil”.

En algunos países, como Italia, Croacia o República Checa, los trabajadores tienen un permiso de 24 horas tras la donación. En España, los trabajadores tienen derecho a ausentarse de su puesto para donar sangre sin sufrir una pérdida de salario. Este permiso está regulado y se debe preavisar a la empresa, presentando un justificante del centro de donación.

En el caso del país que preside Giorgia Meloni, los pacientes con enfermedades cardiovasculares, cáncer, alcoholismo crónico o drogadicción están excluidos siempre. Además, Italia cuenta con más de 4.000 puntos de recolección y algunas asociaciones brindan desayunos y exámenes médicos gratuitos para los donantes.

Respecto a Irlanda, el servicio de transfusión de sangre hace llamamientos varias veces al año solicitando donaciones y realiza ceremonias especiales de reconocimiento para aquellos que hayan donado entre 50 y 100 veces.

Los croatas también gozan de un día de permiso retribuido. Los privilegios no se quedan ahí, para los donantes asegurados por el Instituto Croata de Seguro de Salud, mujeres que hayan donado más de 25 veces y hombres más de 35, el Estado financia la prima de su seguro complementario. Asimismo, en Zagreb los donantes que superan las 20 o 30 veces tienen derecho a un billete anual gratuito de transporte público.

Por su parte, Austria paga 40 euros por cada donación de plasma. La edad para hacerlo, también con sangre, asciende hasta los 70 años, siempre que no sea la primera vez que lo hagan.

En Lituania ofrecen suplementos de hierro durante tres meses a los donantes cuyo nivel de hemoglobina sea demasiado bajo para donar. El centro nacional de sangre del país considera que en los últimos diez años ha habido un aumento de las donaciones, especialmente entre los jóvenes. “Cada vez menos personas creen en los mitos alrededor de este asunto, entienden que es seguro y esto reduce los miedos”, comentan.

Por último, en República Checa los donantes tienen derecho a un permiso retribuido que cubre el desplazamiento, la donación y las posteriores 24 horas de recuperación, aunque deben solicitarlo con antelación. Ciudades como Praga facilitan abonos de transporte gratuitos anuales y algunas aseguradoras ofertan ayudas para algunos servicios sanitarios, como higiene dental.