Hombre cuenta cómo una infección dental casi le cuesta la vida: 'Mi diente se infectó, provocó infección cerebral y fue extraño porque no tenía dolor'

Graham Bell, un hombre de 61 años y padre de familia residente en el Reino Unido, se preparaba para salir de viaje junto a su esposa Sue en marzo de este año cuando comenzó a experimentar un fuerte dolor de cabeza.
La situación se tornó alarmante cuando Sue notó que su rostro parecía haber caído hacia un lado, un síntoma comúnmente asociado a un ataque cerebrovascular. Ante esta señal, ambos se dirigieron de inmediato a un centro médico para recibir atención de urgencia.
Tras su ingreso, Graham fue trasladado rápidamente al Walton Centre NHS Foundation Trust en Liverpool. Allí, los médicos detectaron la presencia de una masa de aproximadamente una pulgada en su cerebro. Esta formación resultó ser un absceso, una acumulación de pus que surge a raíz de una infección y que puede generar presión dentro del cráneo, dañando las células cerebrales y reduciendo el flujo sanguíneo, lo que puede ocasionar la muerte del tejido cerebral.
El equipo médico identificó el origen del problema: una grieta en uno de los dientes de Graham que había provocado una infección que se extendió sin presentar síntomas evidentes. “Fue extraño porque no tenía dolor ni hinchazón en la boca que me dijera que algo andaba mal”, relató Graham.

Un dolor de cabeza reveló una infección cerebral causada por una pieza dental dañada. Foto:iStock
La intervención quirúrgica fue inmediata. Los profesionales realizaron una "cirugía cerebral que le salvó la vida", drenando el absceso para aliviar la presión sobre el cerebro.
A pesar de que la operación fue exitosa y su estado de salud comenzó a mejorar paulatinamente, días después, los síntomas regresaron. Los médicos determinaron entonces que Graham estaba sufriendo de sepsis, una reacción extrema del sistema inmunitario ante una infección que puede hacer que el cuerpo ataque sus propios órganos vitales.
Esta nueva complicación obligó a realizar una segunda cirugía para drenar nuevamente el absceso cerebral. El paciente permaneció seis semanas en proceso de recuperación. Aunque logró superar la fase crítica, el daño ocasionado dejó secuelas. El tejido cicatricial generado en el cerebro afectó sus habilidades de comunicación y movimiento.
“Todavía tiene problemas para comunicarse y moverse, pero estamos siguiendo la terapia y en camino de volver a la normalidad lo más cerca posible”, explicó su esposa Sue.

La sepsis complicó la recuperación de Graham tras una infección cerebral por un diente. Foto:iStock
La explicación médica apunta a que las bacterias presentes en las infecciones dentales pueden movilizarse por el torrente sanguíneo hasta alcanzar el cerebro a través de los senos paranasales. Una vez allí, el tejido infectado puede acumularse en forma de pus, formando un absceso cerebral que, si no es tratado a tiempo, puede tener consecuencias graves o incluso fatales.
“Fue mucha información para tomar en poco tiempo. Tenía a la familia a mi alrededor, pero creo que todos estábamos un poco conmocionados. No estaba bien, así que descubrir lo que estaba pasando rápidamente fue clave para todos nosotros”, recordó Graham.
¿Cuáles son los síntomas iniciales de una infección dental que se puede complicar?Una infección dental no tratada puede derivar en un absceso periapical, una acumulación de pus causada por una infección bacteriana que se forma en la punta de la raíz del diente.
Este tipo de absceso, de acuerdo con la Clínica Mayo, suele originarse por caries profundas sin tratar, lesiones dentales o tratamientos anteriores que han fallado. Las bacterias pueden ingresar a la parte interna del diente a través de una cavidad o una grieta, generando una inflamación que puede extenderse y causar complicaciones graves si no se atiende a tiempo.

Una infección dental no tratada puede derivar en un absceso. Foto:iStock
Entre los síntomas iniciales de un absceso dental que podrían indicar una posible complicación se incluyen:
- Dolor de muela constante, intenso y punzante, que puede irradiarse hacia la mandíbula, cuello o oído.
- Sensibilidad al calor y al frío.
- Dolor al masticar o al morder.
- Fiebre.
- Inflamación en el rostro, mejillas o cuello, que puede dificultar la respiración o la deglución.
- Ganglios linfáticos inflamados y sensibles bajo la mandíbula o en el cuello.
- Mal olor o sabor desagradable en la boca.
- Presencia repentina de líquido salado con olor fétido en la boca, acompañado de alivio del dolor, si el absceso se rompe.
Mayo Clinic recomienda acudir de inmediato al dentista si se presenta cualquiera de estos síntomas. En casos más graves, como fiebre acompañada de hinchazón facial, o dificultad para respirar o tragar, se debe buscar atención en una sala de emergencias.
El Universal (México) / GDA
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Universal, y contó con la revisión de un periodista y un editor.
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