José Abellán, cardiólogo: "Las personas con un descanso inadecuado tienen un mayor riesgo de eventos cardiovasculares"
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Dormir poco y mal se ha convertido en una epidemia invisible que afecta al corazón, al cerebro y al estado de ánimo. Mientras el ritmo diario se acelera, las horas de sueño se acortan y la calidad del descanso empeora, con millones de personas atrapadas en un ciclo de insomnio, fatiga, ansiedad y estrés. La falta de sueño, lejos de ser una molestia menor, es uno de los factores que más inciden en nuestra salud global.
La evidencia médica es clara: descansar bien reduce la inflamación, regula la presión arterial y protege el sistema cardiovascular. De hecho, dormir entre siete y nueve horas de forma regular no solo mejora la concentración y el ánimo, sino que puede ayudar a prevenir arritmias, hipertensión e incluso infartos. Cada noche de sueño reparador es, en realidad, una inversión directa en longevidad y calidad de vida.
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A pesar de todo ello, muchos siguen viendo el descanso como una pérdida de tiempo. El exceso de pantallas, las rutinas caóticas y la creencia de que dormir es un lujo en tiempos productivos contribuyen a consolidar malos hábitos que afectan al organismo. Frente a este problema creciente, un popular médico murciano ha querido recordar por qué dormir bien es una prioridad médica y qué estrategias pueden marcar la diferencia.
Las claves para dormir bien del cardiólogo José AbellánEl cardiólogo José Abellán, autor del libro Lo que tu corazón espera de ti, advierte que el sueño de baja calidad no es solo una incomodidad pasajera, sino un verdadero riesgo para el corazón. En su práctica clínica ha observado que los pacientes con alteraciones del sueño presentan más inflamación, peor control de la presión arterial y mayor incidencia de patologías cardíacas.
Por eso insiste en que el descanso debe entenderse como una herramienta de prevención tan importante como la dieta o el ejercicio físico. En sus recomendaciones prácticas, Abellán comparte claves concretas y realistas que ha comprobado efectivas en sus pacientes:
- No te tumbes si no vas a dormir: acostarse en el sofá o la cama durante el día altera la asociación mental entre cama y sueño.
- Aprovecha la luz natural de la mañana: el sol temprano actúa como un despertador biológico que regula el reloj interno y mejora la producción de melatonina por la noche.
- Haz ejercicio, pero no a última hora: la actividad física es recomendable, pero si se realiza tarde puede activar el sistema nervioso y dificultar el sueño.
- Evita las cenas pesadas y tardías: comer mucho de noche obliga al cuerpo a digerir en lugar de descansar.
- Mantén una habitación fresca: la temperatura ideal para dormir ronda los 20 o 21 grados.
- Apaga pantallas al menos una hora antes: la luz azul de móviles y tabletas retrasa la secreción de melatonina, la hormona del sueño.
- Establece un ritual relajante: una infusión, un libro o ejercicios de respiración pueden ayudar a señalar al cuerpo que es hora de desconectar.
Abellán subraya que el verdadero error está en centrarse solo en la noche. A su juicio, “el truco para descansar mejor puede estar más en tu día que en tu noche”, porque los hábitos diurnos (desde la exposición al sol hasta la gestión del estrés) determinan en gran medida la calidad del descanso. Su enfoque no se basa en soluciones rápidas, sino en construir una rutina coherente que permita al cuerpo recuperar su ritmo natural. Dormir bien no es un lujo moderno: es el primer paso para cuidar el corazón.
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