Los tumores también tienen microbiota (y ni los científicos saben cómo se comporta)
%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fbae%2Feea%2Ffde%2Fbaeeeafde1b3229287b0c008f7602058.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2F2fb%2F848%2F5d1%2F2fb8485d17c5a4f866d95d6d42315e47.jpg&w=1920&q=100)
Desde hace un tiempo, la microbiota es un término que se ha convertido en habitual. Este conjunto de microorganismos, entre los que se incluyen bacterias, hongos, arqueas, virus y parásitos, reside en nuestro cuerpo.
Una alteración de ese equilibrio, condición conocida como disbiosis, va de la mano con síntomas como infecciones de orina, intolerancias alimentarias, distensión abdominal o flatulencias.
Ahora, la ciencia ha dado un paso más y ya existen estudios que hablan de la microbiota intratumoral. Por ejemplo, una publicación de Nature del año 2023, explica que los componentes microbianos intratumorales se encuentran en múltiples tejidos tumorales y están "estrechamente relacionados" con la iniciación y el desarrollo del cáncer.
Además, recalcan su conexión con la eficacia terapéutica: "La microbiota intratumoral puede contribuir al comienzo y progresión del cáncer mediante mutaciones del ADN, la activación de vías carcinogénicas, la promoción de la inflamación crónica, el sistema del complemento y el inicio de la metástasis".
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F7c4%2F705%2Fc62%2F7c4705c624ca00b4343e7d2766bb1e17.jpg)
Álvaro Pinto, oncólogo urológico e investigador del Instituto de Investigación del Hospital La Paz (IdiPAZ), es el autor principal de una publicación que profundiza sobre este tema. "Los primeros estudios que se han hecho en relación con la microbiota y su influencia en la respuesta a tratamientos ha sido con el tubo digestivo, por ejemplo, en heces. Nuestra investigación se centra en su presencia dentro o alrededor del tumor y su influencia en el tratamiento", explica a este periódico.
Aunque él mismo confiesa que el estudio es "muy preliminar", añade que han demostrado la presencia de bacterias detectables en torno al tumor. "Es un proyecto más a largo plazo. En relación con los tumores de vejiga, nuestro campo de exploración, hay un grupo de bacterias que podrían estar relacionadas con una menor respuesta a la quimioterapia, esto es lo que queremos continuar investigando. El objetivo es predecir qué pacientes responderán mejor o peor a los tratamientos".
Un enfoque poco estudiadoAcerca del conocimiento escaso que existe sobre esta microbiota intratumoral, el oncólogo expone que hay más grupos de trabajo dedicados a su observación: "El tumor no está solo, le rodean vasos o células no tumorales".
Igualmente, cuenta que a lo largo de los años se han desarrollado terapias dirigidas, como la inmunoterapia, que "eran prometedoras" y se han convertido en opciones estándar: "Esto es un abordaje diferente, conocer esas bacterias que igual en un futuro pueden modular la respuesta inmune".
Sin embargo, insiste, en que primero hay que ver si la microbiota "tiene algún papel más allá de estar ahí". "Si se confirma, sería otra manera de actuar. Por ejemplo, si viéramos unas poblaciones bacterianas que confieren resistencia a ciertos tratamientos, buscaríamos otras alternativas o la forma de modificar esas bacterias. Cuanto más información tengamos, mejores serán los resultados para los pacientes", declara.
Cómo realizaron la investigaciónEn el análisis liderado por el doctor Pinto, publicado en la revista Journal of Clinical Oncology, estudiaron 58 muestras de tejidos fijados en formalina, embebidos en parafina (FFPE) de pacientes con cáncer de vejiga músculo-invasivo (MIBC) obtenidas mediante resección transuretral [procedimiento quirúrgico utilizado para tratar problemas en la uretra, vejiga y próstata, accediendo a ellos con un endoscopio a través de la uretra].
Las proteínas que extrajeron para el examen de la microbiota se añadieron a una base de datos que incluía el proteoma humano y los proteomas de géneros bacterianos identificados. En total, consiguieron la información sobre la respuesta al tratamiento de 56 pacientes, de los cuales 24 alcanzaron una respuesta patológica completa (43%), con una mediana de supervivencia libre de enfermedad de 22 meses y una mediana de supervivencia global de 29,23 meses.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc83%2F6dc%2F707%2Fc836dc707656590c467e02b6e654c4fd.jpg)
Asimismo, se agregaron en la base de datos 151 géneros bacterianos. Por otro lado, el análisis de agrupamiento jerárquico identificó tres grupos con diferentes perfiles proteicos de la microbiota: Microbiota1, Microbiota2 y Microbiota3, que mostraron "diferencias significativas" en la respuesta a la quimioterapia neoadyuvante [un tratamiento administrado antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor].
"No es tan importante el número de bacterias como los tipos. Hemos buscado si el predominio de unas poblaciones u otras se correlaciona con la respuesta al tratamiento. Es el primer hallazgo y hay que validarlo haciendo un estudio más grande, con una muestra de pacientes más amplia. Serán necesarios dos o tres años, aproximadamente, para obtener los resultados", concluye el oncólogo.
El Confidencial