Cinco playas de la costa española para disfrutar junto a tu perro

Aunque lentamente, la costa española empieza a abrirse a los animales de compañía y cada año se suma alguna localización más a la lista de playas amigables –un centenar aproximadamente– con nuestros pequeños de cuatro patas. Las mascotas son un miembro más de la familia, por lo que lo normal sería que pudieran ir allá donde van sus dueños. Lo bueno es que cada vez son más los alojamientos y locales de ocio y restauración que cuelgan la etiqueta petfriendly satisfaciendo así las necesidades de un grupo de viajeros que crece cada año y que no quiere dejar en casa a sus compañeros peludos. Estas son algunas de las playas donde las mascotas son bien recibidas, cinco arenales a tener en cuenta este verano.
La costa de Huelva, bañada por el Atlántico, cuenta con varias opciones para quienes quieran ir con sus perros –hasta ocho– y una de las más famosas es la playa del Espigón, una lengua de arena dorada de 2,5 kilómetros de longitud y 40 metros que nació a raíz de la construcción del Dique Juan Carlos I que facilitaba la entrada a la ría de Huelva. Sus aguas limpias, cristalinas y con poco oleaje son perfectas para pasar una jornada tranquila.
Para acceder a la zona habilitada para perros se puede hacer por las pasarelas 5 y 6, debidamente señalizadas, y a partir de ahí podrán permanecer sueltos siempre con la vigilancia de sus dueños. Esta playa dispone además de zona de baño adaptada con silla anfibia, chiringuito para tomar algo, salvamento, aseos y aparcamiento.

Salvaje, sin edificios cercanos –lo cual es todo un logro–, tranquila y ¡petfriendly!… así es la playa de la Rubina, un arenal de 1.800 metros de longitud y 70 metros de ancho rodeado de dunas, dunas posteriores y sistemas lagunares propios de zonas de marismas que es además la única de Castelló d'Empúries en la que se permite el acceso a los perros y la práctica del kitesurf.
La zona canina está en un extremo, junto al espigón. Como curiosidad hay que saber que fue la primera playa de España en admitir mascotas y, actualmente, es una de las mejor valoradas por los viajeros. Ubicada en uno de los destinos más populares de la Costa Brava, dispone de servicio de limpieza, socorrismo, aseos, aparcamiento a pie de playa y, no muy lejos, hay también restaurantes para reponer fuerzas o tomar algo.

Desde este 2025 la playa de Los Molinucos se ha añadido a las opciones petfriendly de Cantabria convirtiéndose en una de las pocas de tipo urbana a las que se puede ir con perro. Ubicada frente al parque de Mataleñas, se puede acceder a ella por un agradable paseo por la Senda Peatonal de Cabo Mayor o atravesando el citado parque.
Se trata de una cala pequeña y tranquila –no suele estar muy concurrida ni en verano– de unos 25 metros de longitud y una anchura media de 5 metros rodeada por un bonito entorno natural con aguas azul turquesa, un suave desnivel para acceder y apenas oleaje. No dispone de servicios por lo que si se acude a pasar el día es necesario ir provisto de todo lo necesario.

Conocido como el arenal más largo del Principado de Asturias gracias a su longitud de 2.800 metros, El Sablón o Playón de Bayas, ubicado en Castrillón es una opción ideal para acudir con mascota, eso sí, debe estar en las zonas habilitadas en el extremo occidental y a la salida hay una zona con fuentes para perros, lo cual se agradece. Con una longitud de 2.800 metros de arena dorada oscura bañada por aguas cristalinas con un fuerte oleaje, esta playa se une con la de Los Quebrantos formando una extensa orilla. Aquí se puede ver también un Monumento Natural, el que forma su conjunto dunar y la isla de Deva.
Como curiosidad, hay que saber que su nombre procede del término que se emplea en asturiano para referirse a la arena: sable. Dispone de servicio de salvamento, duchas y aparcamiento, pero no hay chiringuitos, por lo que mejor llevar un refrigerio para sobrellevar el calor.

Alicante es la provincia con más playas que admiten perros con un total de once. En Villajoyosa, localidad famosa por sus calas y arenales bañados por aguas cristalinas, se encuentra una de las más desconocidas y bellas de toda la provincia, la Cala del Xarco cuya postal se completa con una torre vigía del siglo XVI declarada Bien de Interés Cultural.

Con una longitud de 400 metros y forma redondeada que la protege del oleaje, esta cala de cantos rodados se convierte en una especia de piscina natural –de ahí su nombre de charco– de aguas turquesas en la que los amigos peludos son más que bien recibidos, en su parte derecha, la cual está habilitada para ellos.
ABC.es