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De las pistas a la piscina en la nieve, la buena mesa y conciertos en vivo: crónica de un día de esquí en Portillo

De las pistas a la piscina en la nieve, la buena mesa y conciertos en vivo: crónica de un día de esquí en Portillo

La vista a las primeras horas de la mañana es hipnótica. El sol, que se levantó iluminando las cumbres nevadas, fue bajando poco a poco las laderas de las montañas y ahora hace resplandecer la Laguna del Inca, mientras entre las mesas circulan los mozos ofreciendo café, huevos revueltos, tocino.

En una mesa redonda hacia el otro lado del gran ventanal, como cada día, desayuna don Henry Purcell en familia, entre muchas otras familias con chicos, parejas, grupos de amigos. Henry tiene 92 años y dicen que hasta el año pasado esquiaba por las pistas de Portillo, lugar que conoce como la palma de su mano y que resume su vida.

Y creo que el hecho de que toda la familia esté aquí es como un símbolo del lugar, porque si algo destacan quienes eligen el hotel Portillo es que venir es como pasar unos días en familia, en la gran casa de una gran familia.

Por la mañana el sol da de lleno en la Laguna del Inca, frente al hotel Portillo. Foto Ski PortilloPor la mañana el sol da de lleno en la Laguna del Inca, frente al hotel Portillo. Foto Ski Portillo

Vi a huéspedes recién llegados abrazarse con un mozo como grandes amigos, a dos chicos llamar a los camareros por su nombre, a una persona del rental preguntarle a otro huésped si quería llevar el mismo equipo del año pasado o prefería cambiar.

La familiaridad -y la amabilidad- en el trato es uno de los grandes fuertes de este hotel, que está en manos de la familia Purcell desde hace 76 años: en 1949 lo compró el padre de Henry, y ahora lo lidera su hijo Miguel; para ellos este lugar es su casa, y nosotros -los huéspedes- somos sus invitados.

Portillo se ganó el reconocimiento internacional por la calidad y calidez de su hotelería y el nivel de sus pistas. Foto Cecilia ProféticoPortillo se ganó el reconocimiento internacional por la calidad y calidez de su hotelería y el nivel de sus pistas. Foto Cecilia Profético

Diversión sin demoras

Después del desayuno, hora de salir a la cancha. Mejor, a las pistas. El procedimiento del rental es rápido: botas, tablas, bastones, casco; en pocos minutos estamos listos, y como Portillo es un hotel esquí in-out, salimos por la puerta, nos calzamos las tablas y ¡a esquiar!

Ese también es un distintivo del lugar: no hay esperas, no hay colas. Ni en el rental ni en los medios de elevación ni en los locales gastronómicos en la montaña, que son dos: el Ski Box, cerca del hotel, desde donde se ve a quienes bajan hacia la base, y Tío Bob's, en lo alto de la silla Plateau, desde donde la vista a la laguna y el hotel allá abajo, junto a la ruta que cruza a Mendoza, deja sin palabras.

Las mesas invitando al almuerzo en Tío Bob´s, en el corazón de la montaña. Foto PB/ViajesLas mesas invitando al almuerzo en Tío Bob´s, en el corazón de la montaña. Foto PB/Viajes

Entonces, una entrada en calor en Las Lomas (una de las 35 pistas del centro), alguna bajada por la más desafiante Plateau y el delicioso “camino del tren”, como lo llaman aquí, porque es una pista fácil y larga que va junto a las antiguas vías del Ferrocarril Trasandino, que por varias décadas unió Mendoza con Santiago, en un viaje increíble. La pista circula incluso junto a un túnel de piedra construido en 1910, por el que pasaba el tren.

El túnel de 1910 por donde pasaba el Ferrocarril Trasandino. Foto PB/ViajesEl túnel de 1910 por donde pasaba el Ferrocarril Trasandino. Foto PB/Viajes

Es que Portillo tiene una larga historia como el centro de esquí más antiguo de América del Sur, y su historia justamente tiene que ver con la construcción del Ferrocarril que unía Santiago de Chile con Mendoza a través de los Andes: fueron los ingenieros ingleses a cargo de la obra quienes comenzaron la práctica del esquí en la zona, a modo de distensión en horas libres.

En 1940 comenzó la construcción del hotel, que inauguró en 1949; inicialmente era estatal, y se privatizó en 1961. El Ferrocarril Trasandino circuló entre 1871 y 1984, con una frecuencia de entre dos y tres veces por semana.

El Ferrocarril Trasandino en la estación Portillo. Circuló entre 1872 y 1984. El Ferrocarril Trasandino en la estación Portillo. Circuló entre 1872 y 1984.

Las antiguas fotos y afiches publicitarios que se pueden ver en los pasillos del hotel cuentan parte de aquella historia. Uno de ellos, en "cómo llegar", dice: con el Ferrocarril Trasandino, hasta la estación Portillo".

Lamentablemente ese tren, como tantos, ya no funciona; ahora el traslado desde Santiago es en auto, en un viaje de 2 horas y media subiendo "los caracoles", una serie de 30 curvas y contracurvas que trepan la ladera de la montaña hasta muy cerca -8 kilómetros- del límite con Mendoza.

Si el servicio es una de las fortalezas dentro del hotel, puertas afuera lo es la fluidez: subir, bajar y volver a subir de inmediato, “al tiro”, como se dice en Chile. Y eso que en esta fecha (fines de junio) aún está cerrada por poca nieve la pista Juncalillo, la más larga, que cruza la ruta internacional por un puente.

Un afiche publicitario de 1953. En 1966 Portillo fue sede del único Mundial de Esquí realizado en Sudamérica.Un afiche publicitario de 1953. En 1966 Portillo fue sede del único Mundial de Esquí realizado en Sudamérica.

Aunque recibe muchos principiantes, y de hecho es reconocido por la calidad y experiencia de los instructores de su escuela, Portillo es muy elegido por los que saben.

Especialmente desde 1966, cuando fue sede del único Campeonato Mundial de Esquí que se realizó en Sudamérica. Entonces se convirtió cada invierno en lugar de encuentro y entrenamiento de grandes esquiadores y equipos olímpicos de distintas partes del mundo.

El día sigue y el after esquí tiene varias opciones: el living, donde tomar café, jugar a las cartas, charlar, con vista a la laguna y las montañas: el sauna, para relajar los músculos que se tensaron esquiando; el inmenso campo deportivo, una cancha cubierta con un espectacular piso de parquet; el salón de juegos, donde hay pool, ping pong, metegol, una palestra... y claro, la piscina.

Una parte esencial del after ski es la piscina climatizada en medio de la nueve. Foto Cecilia ProféticoUna parte esencial del after ski es la piscina climatizada en medio de la nueve. Foto Cecilia Profético

Con agua calentita y en medio de la nieve, es la opción más elegida, aunque haya que tomar coraje para salir en traje de baño a los 6 o7 grados bajo cero de la tarde portillense.

Y después de la cena -que en temporada alta tiene dos turnos, 20 y 21.45-, llega la disco o el bar, donde casi siempre hay alguna banda en vivo. Hoy están las Bandanna Chile, que hacen espectaculares covers de clásicos del rock de los 80 y 90, y terminamos el día pasadas las 12.

Hemos cantado ¡bingo! Día completo para una jornada que esperamos mañana se repita, igual pero distinta. Como las vacaciones en familia en una gran casa, en medio de las montañas nevadas y con los esquíes listos.

Portillo inauguró en 1949, a 164 km de Santiago de Chile. Cuenta con 35 pistas.Portillo inauguró en 1949, a 164 km de Santiago de Chile. Cuenta con 35 pistas.

MINIGUÍA

● Ida y vuelta a Santiago de Chile, desde US$ 333 con mochila, US$ 415 con carry on y US$ 481 con equipaje despachado. Los ski weeks en Portillo incluyen el traslado de y al aeropuerto (2,5 horas de viaje).

● De Mendoza son 260 km, pero en invierno la ruta suele cerrarse por nieve o hielo.

● Ski Week de 7 noches en temp. alta. desde US$ 5.250 en el hotel Portillo (por persona en habitación doble); y US$ 2.750 en Octógono Lodge (por persona en habitación para 4 con baño privado); de 12 a 17 años, US$ 2.600; menores de 4 a 11, US$ 2.350; menores de 3, gratis (siempre con un adulto).

En Inca Lodge (habitación para 4 con baño compartido), US$ 1.800 por persona. Chalet para 4, US$ 11.650; para 6, US$ 18.700.

● También hay mini weeks de 4 y de 3 noches. Todos los programas incluyen 4 comidas diarias, piscina climatizada, sauna, gimnasio, yoga, cine, sala de juegos, discoteca, bar, custodia de equipos y actividades.

Vista de Portillo desde Tío Bob's. Foto PB/ViajesVista de Portillo desde Tío Bob's. Foto PB/Viajes

● El ticket por el día cuesta 64.000 pesos chilenos (US$ 67,5) para adultos y 48.000 (US$ 50)para menores de 5 a 11 años.

● Además, hay un pase por el día que incluye menú en el restaurante (entrada, plato y postre, sin bebidas). Cuesta $ chilenos 78.000 (US$ 82) para adultos y $ 58.000 (US$ 61) para menores.

Clarin

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