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Esta playa de Granada parece del Caribe y casi nadie va entre semana

Esta playa de Granada parece del Caribe y casi nadie va entre semana

Cualquiera que la haya conocido dirá que es la playa más bonita de la provincia de Granada y no le faltará razón. Por el entorno, por el silencio, por la tranquilidad y por la limpieza del agua, Cantarriján, en la Costa Tropical de Granada, es sencillamente extraordinaria.

Eso, hasta hace treinta años, era casi un secreto, pero se ha difundido en exceso y ahora ya la conoce todo el mundo. Lo cual la convierte en una playa bastante próxima a estar masificada durante los fines de semana de los meses de julio y agosto. Así que, consejo al canto: si puede visitarla de lunes a jueves, mucho mejor.

Lo peor de que ese secreto se divulgara no fue que acudiera mucha gente, sino que lo hacía en coche. Cantarriján está debajo de un acantilado, literalmente, como otras calas contiguas hasta Maro, ya en la provincia de Málaga, casi a tiro de piedra de Nerja. Para llegar hay que tomar una carretera de casi un kilómetro y medio y en los días más frecuentados, el tramo más cercano al mar era un auténtico caos de coches aparcados de cualquier manera o que se molestaban para subir o bajar.

Además, eso representa un peligro para una zona que tiene protección, puesto que Cantarriján, dentro del término municipal de Almuñécar-La Herradura, está en mitad de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, paraje natural y zona de especial protección para las aves desde 2002.

Esa situación, esa barbaridad de vehículos allí, era incompatible con la defensa del espacio, así que, desde 2008, no es posible llegar en vehículo privado hasta la playa, salvo muy contadas excepciones, entre junio y septiembre. Hay que hacerlo en un autobús lanzadera que parte desde una explanada junto a la antigua N-340. En esa explanada de arriba es donde hay que aparcar.

El trayecto no es muy largo y tiene su recompensa. Lo que primero ve el visitante es una cala de unos 400 metros de largo, sin rastro alguno de edificaciones alrededor y en un entorno muy verde. Tiene servicios: tumbonas y dos restaurantes donde se come razonablemente bien, tanto pescados como paella.

Nunca falta el ambiente y de vez en cuando, sobre todo cuando cae la tarde, hay música en directo, organizada o hasta improvisada. La referencia al Caribe no es ningún invento: después de todo, es la Costa Tropical. Muy cerca de allí se cultivan mangos, aguacates y hasta café.

Detalle importante: en esa cala principal, desde siempre, se ha practicado el nudismo. Fue, en ese sentido, la primera playa andaluza en conseguir oficialmente la denominación de nudista. Es cierto que con el tiempo y la paulatina incorporación de más público -procedente de la provincia de Granada y también de la malagueña-, han empezado a abundar los bañadores, hasta el punto de que en los meses de verano, y sobre todo los fines des semana, son mayoría. Pero los naturistas resisten.

Tumbonas en la cala central de Cantarriján, delante de los dos restaurantes abc

Es muy activa, de hecho, la Asociación de Amigos de la Playa Nudista de Cantarriján, que organizan actos de todo tipo –desde catas de vino hasta bodas, pasando por sus peculiares 'arrecifes', nudistas en primerísima línea de playa para recordar a los textiles que ellos estaban allí primero y que no piensan irse.

Con todo, la coexistencia entre unos y otros no es hostil. Sí es cierto que bastantes naturistas, al ver su espacio invadido, han optado progresivamente por trasladarse a una segunda cala, más recogida y también más amplia, separada por una roca de la principal, donde el nudismo lo practica casi el cien por cien de los congregados.

No tienen allí ningún chiringuito, tumbonas ni duchas, esas son las desventajas, como también la habitual presencia de gente con bañador que, con la excusa de que está paseando por la arena, aprovecha para fijarse más de la cuenta en los cuerpos desnudos. Los mirones nunca son bienvenidos y el respeto es fundamental, eso lo debería tener claro todo el mundo.

El respeto incluye el que se le debe tener al derecho de cada cual a estar tranquilo, en una cala y en la otra. Cantarriján es una playa perfecta para relajarse y aislarse del mundo exterior, porque allí no se ve ningún signo que lo recuerde. No se recomiendan jaleos, música alta, juegos molestos ni nada por el estsilo. Sí es bastante útil, en cambio, llevar protección solar y estar bien pertrechado con una sombrilla, porque el sol pica tela. Atendido todo lo anterior, el consejo es fácil: disfrutar.

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