Más allá de Barcelona: todo lo que puedes hacer en Cataluña fuera del turismo de masas

La Ciudad Condal se ha convertido en la ciudad turística más masificada del mundo. Cada vez son más los cruceristas y viajeros que saturan sus monumentos y calles (sobre todo en el centro), así que tenemos claro que si elegimos Barcelona para pasar unos días hay que ir preparado para lidiar con colas e incómodas aglomeraciones de gente. Pero no está todo perdido porque el interés en visitar Cataluña va mucho más allá y es tan fácil como cambiar de escenario. Te proponemos dejar el bullicio a un lado (dentro de lo que se pueda) y poner la mirada en otros destinos menos masificados e igual de interesantes, donde podrás adentrarte en la esencia más pura de la tierra catalana.
Con la vista puesta en las vacaciones, emprendemos este viaje por carretera que nos llevará a descubrir los atractivos más desconocidos de esta Comunidad Autónoma. Y ahora mucho más después de haber sido elegida Región Mundial de la Gastronomía 2025, siendo la primera región europea que recibe esta distinción.
Lleida y su impresionante catedral
A diferencia del resto de ciudades catalanas, en Lleida pocos turistas vas a encontrar. Pero nosotros queremos comenzar este recorrido por la que es la ciudad más desconocida de esta comunidad. Su joya principal es la catedral románico-gótica de la Seu Vella que está situada en las ruinas de una fortaleza en lo alto de un cerro, dominando la ciudad. Además de una impresionante fachada principal, cuenta con uno de los claustros más espectaculares de España, desde el que puedes acceder al campanario del siglo XV para disfrutar de unas impresionantes vistas. No pases por alto el Castillo de Gardeny y el centro histórico con la calle Mayor y la Plaza de la Paeria como lugares principales.

A poco más de una hora y media en coche desde Lleida se encuentra Osona, un destino del interior de tierras catalanas donde te espera todo lo contrario a la masificación de las grandes ciudades. Entre cultura y naturaleza, podrás disfrutar de unos días repletos de planes interesantes, como visitar el monasterio de Sant Pere de Casserres, un antiguo monasterio benedictino situado en el término municipal de Masías de Roda. Una parada que merece la pena por ser uno de los conjuntos románicos más singulares de Cataluña y España, y además cuenta con unas vistas inigualables del Pantano de Sau.
Beget, un viaje al medievo
Este pueblo de la provincia de Girona, que se encuentra escondido entre impresionantes montañas no solo es uno de los mejor conservados de la época medieval, es también un auténtico remanso de paz. Además de pasear por las calles estrechas y empedradas podrás visitar la iglesia de San Cristóbal y recorrer sus dos puentes, el más antiguo fue construido en el siglo XIV y conduce hasta la Torre del Reloj. Parte del encanto de Beget está en la arquitectura de sus casas con fachadas de mampostería y ventanas de madera que se encuentran perfectamente conservadas.
Cap de Creus
Y si a pesar de la cantidad de turistas que suelen concentrarse en las playas, sientes la llamada del mar, te aconsejamos que te acerques hasta este Parque Natural de Costa Salvaje que es uno de los lugares más bellos de toda Cataluña. A pesar de encontrarse muy cerca de la concurrida Cadaqués, no encontrarás tanta gente. Un estupendo plan en el que se combina el mar Mediterráneo con las montañas entre paisajes de acantilados escarpados y aguas cristalinas.
Gisclareny, el secreto mejor guardado de Barcelona
Si tu objetivo es huir de la masificación, lo tendrás fácil porque Gisclareny es el pueblo de Cataluña que menos habitantes tiene. Situado en un impresionante entorno natural, además de recorrer sus tranquilas calles, te recomendamos visitar la iglesia de San Miguel, de estilo románico, las ruinas de Murcorls y subir hasta el mirador de Albert Arilla, desde donde podrás admirar la belleza del pico Pedraforca y tener una bonita panorámica de las localidades de alrededor. Además es un destino perfecto para hacer planes al aire libre y realizar rutas de senderismo con las montañas de fondo.
Además de contar con algunas de las playas más bellas de España, paisajes impresionantes y pueblos con encanto, Cataluña es conocida por una gastronomía que es un fiel reflejo de su cultura e identidad. Y el mejor reconocimiento pasa por haber sido elegida Región Mundial de la Gastronomía 2025. Así que aprovecha este viaje para dar tu propio veredicto. Más allá de los embutidos tradicionales, te recomendamos que pruebes platos tan de la tierra como el estofado de Osona (l'estofat osonenc), que además de la carne incorpora butifarra, o la Olla Aranesa, un guiso contundente originario de la Vall d'Aran.
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