Una joya escondida en Málaga: la cala paradisiaca y desértica considerada la más pequeña de la provincia

La Costa del Sol es una de las regiones más concurridas de España a lo largo de todos los meses de verano, y es que el litoral de la provincia de Málaga alberga grandes centros turísticos como Marbella o Estepona. Las playas de las costas malagueñas son conocidas en toda Europa, por lo que muchas de ellas suelen estar plagadas de turistas en la temporada estival... aunque algunas siguen siendo desconocidas para muchos.
Salpicadas por toda la costa de Málaga hay minúsculas calas escondidas que siguen ocultas para la gran mayoría de turistas. Una de ellas es la preciosa Cala Barranco de Maro, ubicada no muy lejos del casco urbano de Nerja y que tiene el 'honor' de estar considerada la más pequeña de toda la provincia. Este arenal bañado por las cristalinas aguas del Mediterráneo es todo un paraíso para aquellos que buscan tranquilidad y desean huir de las masificaciones que hay en otros puntos de la zona.

Este edén de apenas 20 metros de longitud está situado en el corazón de uno de los entornos costeros más espectaculares de Andalucía, como son los Acantilados de Maro - Cerro Gordo, que sirven de frontera natural entre las provincias de Málaga y Granada. Flanqueada por barrancos y grandes paredes rocosas, esta cala situada a poco más de dos kilómetros de Nerja es una rara avis en la Costa del Sol, ya que difiere mucho de las extensas playas malagueñas.
A los pies del Barranco de Maro, las aguas cristalinas del Mediterráneo llegan muy mansas a la orilla de esta apasionante cala de arena oscura que está aislada de los pueblos de la zona. Además, está rodeada de un cañaveral que acentúa el carácter clandestino de este arenal, el cual es todo un tesoro escondido en plena Costa del Sol, aunque no muchos se han aventurado a descubrirlo todavía.

La Cala Barranco de Maro es el lugar perfecto para todos aquellos que viajan a la Costa del Sol para relajarse, y es que este remanso de paz es todo un paraíso para los que anhelan pasar unas horas sin prácticamente nadie alrededor. A pesar de su difícil acceso y su fondo marino rocoso, es toda una joya que maravilla a todos los que ponen un pie en ella.
Para llegar a la Cala Barranco de Maro hay que encarar la N-340, desde donde sale un desvío que acerca a los conductores al arenal. Tras virar por la izquierda antes de llegar a un puente, se debe descender por un carril que deja a los usuarios muy cerca de este precioso lugar sacado de un cuento de hadas.
20minutos