La posibilidad de un referéndum sobre el fin de la vida, planteada por Emmanuel Macron, deja escépticos a los constitucionalistas

El fin de la vida es él. Al declarar en TF1, el martes 13 de mayo, que podría organizar un referéndum sobre este tema, Emmanuel Macron se presentó como el garante de la llegada de la mayor reforma social, a su juicio, de su segundo mandato quinquenal. Pero la posibilidad constitucional de interrogar a los franceses sobre tal cuestión es objeto de debate entre los juristas.
El jefe de Estado dijo que estaba dispuesto a organizar un referéndum mientras un proyecto de ley se discute en primera lectura en la Asamblea Nacional. Establece “un derecho a la asistencia para morir”. En resumen, el acceso a un procedimiento letal para pacientes terminales, a petición suya y previo acuerdo médico. El texto "comenzó su recorrido en la Asamblea. Le seguirá en el Senado. Creo que primero debe haber tiempo parlamentario", declaró el jefe de Estado el martes. "Pero si, al final de esta primera lectura, vemos que hay un punto muerto, una especie de imposibilidad de llegar hasta el final, entonces creo que el referéndum podría ser una forma de romper el bloqueo".
En el caso de un referéndum en el que los franceses respondan favorablemente, se aplicaría la ley, haya sido o no adoptada por el Parlamento. De este modo, Emmanuel Macron envía una advertencia a los opositores del texto, ya sean la mayoría de derecha del Senado o el primer ministro, François Bayrou.
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Le Monde