El racismo biológico regresa a Estados Unidos, pero también a Francia
"Sydney Sweeney tiene unos vaqueros estupendos". Pero también "unos genes estupendos". La campaña publicitaria lanzada este verano al otro lado del Atlántico por American Eagle, que presume de los genes de la rubia actriz estadounidense —jugando con la homofonía, en inglés, de vaqueros y genes— , ha desatado una viva polémica en los medios estadounidenses, acusando a la marca de prêt-à-porter, en esencia, de fomentar el arraigo del hereditarismo y el racismo biológico en la cultura popular estadounidense.
Combinadas con la apropiación indebida de la obra de Darwin, estas ideas cobraron forma en la segunda mitad del siglo XIX y legitimaron científicamente los proyectos coloniales, la eugenesia y las políticas segregacionistas de Europa. Todo lo que el ensayista Sven Lindqvist (1932-2019) demostró en un libro emblemático ( ¡Exterminez toutes ces brutes!, Les Arènes, 2007 [1992]) forma una continuidad con el exterminio de los judíos de Europa por parte de la Alemania nazi.
Sugerir la superioridad de ciertos perfiles genéticos o intentar presentar simples constructos sociales basados en el color de la piel, la textura del cabello o la forma de la nariz como "categorías biológicas" nunca es inocuo. Sin embargo, esta retórica no solo está resurgiendo con fuerza en el discurso político estadounidense, sino que también regresa a Francia, de forma más discreta e insidiosa.
Los 'buenos genes' de MinnesotaDurante su campaña, Donald Trump hizo numerosas alusiones y declaraciones desinhibidas sobre este tema. En octubre de 2024, declaró, en referencia a los crímenes presuntamente cometidos por exiliados: «Creo que estos asesinatos están en sus genes». Estas «alimañas» fueron acusadas de «envenenar la sangre» de Estados Unidos. Cuatro años antes, Trump les dijo a sus partidarios durante un mitin en Bemidji, Minnesota: «Mucho tiene que ver con los genes, ¿no? ¡Tienen buenos genes en Minnesota!». Estas declaraciones se produjeron en uno de los estados donde la comunidad afroamericana está menos representada, como habían señalado varios comentaristas.
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Le Monde