Se necesita felicidad e interacción social para vivir mucho más allá de los 80

En los países desarrollados, llegar a los 80 años se ha vuelto común. ¿Cómo podemos alargar nuestra vida unos años más? Esta semana, la revista New Scientist explora varias vías.
El semanario británico New Scientist emprende la búsqueda de la longevidad. La ilustración de portada ofrece pistas sobre la receta para envejecer «para llegar a los 100 y ser feliz» : una buena dosis de actividad física, una dieta mediterránea de verduras, cereales y pescado, pero también suerte con las enfermedades, un corazón y una dentadura fuertes, algunos medicamentos, genes y células predispuestas a acompañarte durante décadas.
Entre los artículos dedicados a este tema se exploran las diferencias entre los individuos que llegan a los 80 años –hay muchísimos– y los que llegarán mucho más allá o incluso llegarán a ser centenarios.
Por supuesto, la longevidad suele ser hereditaria, y los genetistas han identificado cientos de variantes genéticas asociadas con la longevidad. La mayoría de estos genes confieren protección contra las enfermedades propias del envejecimiento, en particular las cardiovasculares, explica Nir Barzilai, quien estudia a los campeones del envejecimiento en el Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York. Pero eso no es todo. El especialista identifica cuatro pilares para sobrevivir a los 80: «Optimizar la actividad física [fuerza y flexibilidad], el sueño [intente dormir ocho horas], la dieta [mediterránea con algo de ayuno intermitente] y las relaciones sociales».
“Quizás lo más sorprendente, al menos para el público en general, sea la importancia relativa de los factores relacionados con la calidad de vida”, declaró Valgeir Thorvaldsson a New Scientist . “La felicidad y la interacción social”, concluyó. Esta es la conclusión de este profesor de psicología de la Universidad de Gotemburgo, Suecia, quien estudió a casi 700 octogenarios, nonagenarios y centenarios suecos .
«Las personas mayores de 80 años que tienen con quién hablar y se sienten parte de un grupo de amigos viven más que quienes carecen de compañía o se sienten abandonados», explica el periódico británico. Y cuanto más estrechas y emocionalmente fuertes sean las conexiones, mejor.