François Bayrou lo apuesta todo a los prefectos: «Voy a anunciar una reorganización completa del Estado, a nivel local».

A menudo es una carrera de obstáculos, sumada a un dolor de cabeza administrativo muy típico de Francia. Para construir un hotel en un terreno abandonado o una nueva fábrica, un emprendedor suele tener que contactar con multitud de empresas: departamentos de urbanismo, arqueología preventiva, el Ministerio de Transición Ecológica, arquitectos de Bâtiments de France (Construcción de Francia), autoridades fiscales, etc. Con contactos que tienen requisitos diferentes. Esto a veces puede desanimar incluso a los más entusiastas.