Muerte asistida: Bruno Retailleau se opone al texto, Line Renaud y Gabriel Attal lo defienden

El debate sobre la muerte asistida se intensifica, con voces discrepantes: el ministro del Interior denuncia la legislación como "profundamente desequilibrada", mientras que Line Renaud y Gabriel Attal abogan por la libertad de elección de los pacientes frente al sufrimiento.
Por Le Parisien con AFPUn debate delicado que vuelve a cobrar protagonismo en la escena política. El ministro del Interior, Bruno Retailleau, denunció este sábado el texto sobre la muerte asistida , que se debatirá a partir del lunes en la Asamblea Nacional, mientras que la cantante Line Renaud y el ex primer ministro Gabriel Attal firmaron una columna defendiéndolo.
Este texto es profundamente desequilibrado y derriba todas las barreras. «No es un texto de apaciguamiento, es un texto de ruptura antropológica», declaró Bruno Retailleau al Journal du Dimanche en relación con el proyecto de ley presentado por Olivier Falorni (afiliado al MoDem).
"Si se votara tal y como está, sería más fácil pedir la muerte que ser curado", denuncia el ministro de LR, hablando de un texto que "es el de la renuncia, del abandono". "Lucharé porque nuestra sociedad necesita cuidados paliativos , no la legalización de la eutanasia", advierte Bruno Retailleau.
"Aunque nadie quiere morir, algunas personas tal vez quieran dejar de sufrir", argumentan Line Renaud, de 96 años, y Gabriel Attal, de 36, en las columnas de La Tribune Dimanche . Para ellos, «oponerse a cualquier cambio en la ley por conservadurismo es anteponer el dogmatismo al sufrimiento de los enfermos. Es faltar al deber de escuchar y ser humano para imponer la propia moralidad».
Por ello, Line Renaud y Gabriel Attal, presidente del grupo macronista Juntos por la República en la Asamblea Nacional, llaman a tomar medidas "para ofrecer a los pacientes la libertad de elección".
"Los pacientes que desean ser acompañados hacia la muerte no lo hacen por capricho ni por frivolidad", sino porque "el sufrimiento ya no encuentra salida", escriben, expresando su deseo de "dar la alarma".
A finales de abril, los diputados aprobaron en la Comisión de Asuntos Sociales un proyecto de ley que permite a los pacientes con una "enfermedad grave e incurable", que "ponga en peligro la vida, esté en fase avanzada o terminal" y que ya no puedan soportar su sufrimiento, recibir o administrar una sustancia letal.
La ministra de Salud, Catherine Vautrin, afirmó el mes pasado que la prestación de servicios de muerte asistida es "esencial para aquellos cuyo sufrimiento (...) no puede ser aliviado", asegurando que esto no crea "una ruptura antropológica" debido a las múltiples condiciones planteadas. El texto sobre el final de la vida se dividió en dos proyectos de ley, uno sobre la muerte asistida y otro, mucho más consensuado, sobre cuidados paliativos.
En un dictamen, la Alta Autoridad Sanitaria considera "imposible", por falta de consenso médico, determinar quién puede beneficiarse de la muerte asistida en función de un pronóstico vital "a medio plazo" o de una "fase terminal" de la enfermedad, pero sugiere tener en cuenta "la calidad del resto de vida de la persona".
Le Parisien