Zoológico de Lyon: en la mesa para el desayuno de los animales

Compartir el desayuno con una jirafa es un privilegio que hay que ganarse. Apenas son las 7:30 a. m. cuando las puertas del Zoológico Tête-d'Or nos dejan pasar bajo la mirada envidiosa de los corredores matutinos. Dentro, los senderos están en silencio, interrumpidos únicamente por el trino de las aves del parque y los suaves pasos de una ardilla que cruza la calle. El jardín público aún duerme, pero dentro del zoológico, todo despierta. Un total de cinco cuidadores y un supervisor están de guardia cada mañana hasta el cambio de turno a primera hora de la tarde.

Dirígete a la trastienda de la granja. Aquí es donde los cuidadores preparan la primera comida de los animales. El ambiente oscila entre una cocina industrial y una enfermería veterinaria. Mesas metálicas, cámaras frigoríficas, refrigeradores compartimentados: « La carne llega congelada a -18 °C y nunca se almacena con las verduras para evitar la contaminación », explica Benoît, nuestro guía del día, mientras abre una puerta llena de filetes de pescado destinados a los pelícanos y la carne de res.

Benoît, con un walkie-talkie atado al cinturón y un tatuaje de flores en la pantorrilla, alimenta cada mañana a unas diez especies, lo que representa un total de unos cien animales. Prepara las raciones en una despensa bien surtida, similar a la sección de frutas y verduras de un supermercado: cajas de manzanas, calabacines, fardos de alfalfa, bolsas de pellets y el famoso granizado . Esta mezcla de harina de cebada y copos de avena es el desayuno de las jirafas. Detrás de cada ración, los cuidadores también buscan azúcar: « Por ejemplo, durante mucho tiempo, les dábamos fruta a los primates todos los días, lo cual no es necesariamente beneficioso». Para obtener suministros, los representantes de ventas del zoológico negocian con el mercado mayorista de Corbas.