Salud dental: ¿qué es la hipomineralización dental que afecta a uno de cada cinco niños en Francia?

La hipomineralización molar-incisiva (HIM) es una malformación del esmalte dental, debida a una falta de minerales durante su formación. Afecta a los dientes permanentes (definitivos) de los niños, principalmente a los molares, pero también, en los casos más graves, a los incisivos.
"Los dientes afectados por hipomineralización presentan anomalías visibles, manchas cremosas que van del blanco al marrón y son más o menos extensas", explica Laurie Fuchs. Pero el problema no es sólo estético: un diente hipomineralizado también es más frágil. “El esmalte es más poroso y blando, ya que su formación es menos eficaz. Por lo tanto, es más permeable a las agresiones externas”, explica el dentista. Consecuencias, en los casos más graves: mayor sensibilidad a las variaciones de temperatura, a los alimentos dulces o ácidos, pero también mayor riesgo de caries o fracturas.
2. ¿A qué edad puede producirse la hipomineralización?"La MIH sólo afecta a los dientes permanentes, es decir, aquellos que aparecen alrededor de los seis años", explica Laurie Fuchs. Sin embargo, todo comienza mucho antes: el trastorno aparece alrededor del nacimiento y el primer año de vida, cuando los dientes permanentes se desarrollan debajo de las encías.
¿Se salvan los dientes de leche? No es tan simple. "Si se observa hipomineralización antes de la aparición de los dientes permanentes, en los dientes de leche, no se denomina MIH sino HSPM ( Segundos Molares Primarios Hipomineralizados )", explica Laurie Fuchs. “Este trastorno se observa en las segundas muelas temporales, que salen alrededor de los dos años y medio”. Esta patología, similar a la MIH, afecta a alrededor del 7% de los niños en todo el mundo y al 9,8% en Francia. Y si bien no es necesariamente una señal de que el paciente joven desarrollará posteriormente MIH, sigue siendo un factor de riesgo a controlar.
"Hoy en día no existe una única causa conocida de MIH", afirma Laurie Fuchs. “Lo que sabemos es que todo ocurre entre el final del embarazo y el primer año de vida”. Según este especialista, "lo que se desprende de los estudios en este momento es que existe tanto una predisposición genética, asociada a factores desencadenantes, como problemas en el nacimiento, un parto complicado o complicado, pero también la aparición de infecciones con fiebre alta en los primeros meses de vida...". Pero, añade, "tampoco es sistemático, por lo que es imposible establecer una relación estricta de causa y efecto".
Respecto del impacto de los factores ambientales, como los disruptores endocrinos, que a veces se presentan como explicación de un "aumento de casos de MIH", nuevamente se recomienda cautela. "Hasta el momento, los estudios no han establecido un vínculo directo", afirma Laurie Fuchs.
Para ella, el número de casos tampoco aumenta. La prevalencia de la HMI (es decir, su frecuencia de aparición en la población, nota del editor) se ha estudiado desde la década de 1980, pero observamos que en más de 30 años apenas ha aumentado, manteniéndose en torno al 15 % a nivel mundial, y un poco más en Francia. Este trastorno existe desde hace mucho tiempo; incluso se han detectado y estudiado casos en la Edad Media, y creo que en aquella época no teníamos los mismos problemas con los disruptores endocrinos que hoy. Por lo tanto, no podemos sacar conclusiones en ese sentido. Según el dentista, la percepción de un aumento de casos podría estar relacionada con un mejor diagnóstico: «Hoy en día, los profesionales están mejor formados e informados sobre la HMI, especialmente en los cursos universitarios. Como saben reconocerlo mejor, sienten que lo ven más". Pero no lo suficiente como para convertirlo en una verdad estadística.
"Consulte a un dentista para obtener una opinión profesional", aconseja Laurie Fuchs, quien añade: "Existen varias causas de manchas dentales, y la HMI es solo una de ellas. Por ejemplo, si no se ven afectadas las muelas, sino solo los incisivos, no se trata de HMI. Además, puede tratarse de antecedentes de traumatismo en un diente temporal, una infección o incluso una anomalía aislada. Si todos los dientes están afectados, también puede ser genético. Hay muchas anomalías diferentes. Un dentista podrá hacer el diagnóstico y, sobre todo, sugerir el tratamiento adecuado, ya que existen muchas maneras de tratar los problemas, ya sean funcionales o estéticos".
Sin esperar a que aparezcan los síntomas, las autoridades sanitarias recomiendan que los niños consulten al dentista lo antes posible. "Oficialmente se dice que un niño puede consultar al dentista desde su primer año de vida", añade Laurie Fuchs. La Seguridad Social implementa los programas de prevención "M'T Dents" a partir de los 3 años, cuando ya han salido las segundas muelas temporales, para que podamos observar si hay hipomineralización, incluso en los dientes de leche. A partir de ahí, también podemos implementar medidas de prevención con los padres, brindar asesoramiento y asegurarnos de que el más mínimo problema se solucione lo mejor y lo más pronto posible.
Son posibles varios tratamientos, desde la prevención hasta la reparación, dependiendo del daño y la gravedad. "La idea es tener un seguimiento más estrecho de los niños con MIH, para evitar que dañe demasiado sus dientes", explica Laurie Fuchs. En la vida diaria, esto significa, por ejemplo, evitar alimentos muy pegajosos, llevar un estilo de vida saludable y cepillarse los dientes con una pasta dental enriquecida con flúor con una concentración adecuada para la edad. La prevención también implica aplicar barniz de flúor en los dientes o sellar los surcos para protegerlos, explica.
En caso de caries, “podemos hacer una restauración con resina para poder reconstruir el diente, pero también podemos colocar coronas o onlays, es decir prótesis que permiten una reconstrucción más duradera”, explica Laurie Fuchs. En casos de daño grave, también podemos optar por la extracción de ciertas piezas dentales, además del tratamiento de ortodoncia. Por ejemplo, a muchos adolescentes se les extraen las muelas del juicio. Pero si algunas muelas afectadas por la hipermetropía inducida por la motilidad gingival están demasiado dañadas, podemos optar por extraerlas y mover las demás, siempre que esto sea viable con el crecimiento y la adherencia del paciente.
¿Qué pasa con el flúor? El flúor desempeña un papel protector contra las caries, pero ¿puede la toma de flúor (prescrito desde hace tiempo a los niños como medida preventiva en forma de comprimidos) limitar las consecuencias de la hipomineralización? Sí y no, según Laurie Fuchs. Hoy en día, ya no se recomienda tomar suplementos de flúor debido a su eficacia no concluyente y al riesgo de sobredosis. La única recomendación es la aplicación tópica de un barniz de flúor (en una zona específica, nota del editor) por parte de un cirujano dentista en los dientes de pacientes con alto riesgo de caries. Y cuando tienes HIM, formas parte de ella.Varios equipos de investigación están trabajando en la hipomineralización dental. Entre ellos se encuentra el equipo de la profesora Elsa Garot, de la Universidad de Burdeos, con quien Laurie Fuchs tuvo la oportunidad de trabajar. “Su equipo ha desarrollado técnicas de tratamiento que permiten, cuando existe un nivel importante de caries, repararlas de forma más eficaz preservando al máximo los tejidos originales y mejorando la estética”, explica la odontóloga.
En materia de prevención, el nuevo convenio de atención odontológica para jóvenes de 3 a 24 años anima a acudir al profesional de forma más regular y como medida preventiva, para poder tratar cualquier patología lo más precozmente posible.
SudOuest