La estancia de Trump en el Reino Unido implica la construcción de torres de francotiradores sobre un campo de golf escocés que se ha convertido en una "prisión estadounidense".

El retiro de golf escocés de Donald Trump se ha convertido en lo que un local describió como una "prisión estadounidense" cuando el expresidente estadounidense aterrizó en Ayrshire para pasar un fin de semana de golf antes de su viaje a Aberdeen la próxima semana.

El complejo turístico Turnberry, propiedad de Trump , ha sido fuertemente fortificado con vallas altas y lo que se ha descrito como "torres de francotiradores", y los activistas han prometido organizar un "festival de resistencia" durante su estadía, informa The Telegraph.

Se espera que los grupos de protesta se manifiesten por una amplia gama de temas , como el cambio climático y el conflicto en Gaza. Trump Turnberry ya fue blanco de ataques a principios de este año. Activistas de Acción Palestina pintaron con pintura roja los edificios blancos del complejo turístico en marzo, y Greenpeace grabó un retrato gigante de Trump en la arena de la playa con la frase: "Es hora de luchar contra la toma de control multimillonaria".

Más recientemente, un grupo de campaña alteró la señalización en el campo de golf de Aberdeenshire del Sr. Trump con un mensaje que afirmaba que el complejo estaba "hermanado con la Isla Epstein", en medio de un renovado escrutinio sobre sus vínculos pasados con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein.

El director de comunicaciones de la Casa Blanca, Stephen Cheung, desestimó las acusaciones, afirmando que Trump una vez había expulsado a Epstein de su club por ser un "pervertido" y calificó las acusaciones como "noticias falsas viejas y recicladas".

En declaraciones a The Telegraph, el concejal local Gavin Scott afirmó que el aumento de la seguridad en Turnberry había inquietado a algunos residentes. «Un residente comparó la alta valla y la torre de francotiradores que rodea el campo de golf con una prisión estadounidense, encontrando la vista bastante perturbadora e intimidante con una gran presencia policial armada», declaró.

El concejal Scott también cuestionó el coste de la visita, lo que generó preocupación sobre quién financia el vasto operativo de seguridad. «Pedir a la Policía de Escocia o a nuestro propio gobierno que pague por una fuerza policial ya de por sí escasa es completamente ridículo y sumamente injusto», añadió.

Emma Bond, subdirectora de la Policía de Escocia, instó a los grupos de manifestantes a hablar con los agentes antes de las manifestaciones. "Como pueden imaginar, se trata de una operación compleja a gran escala, pero la Policía de Escocia tiene una amplia experiencia en ello", declaró. Agentes de todo el país se han unido a la operación.

“La clave es garantizar que el presidente de Estados Unidos pueda venir y disfrutar de una visita pacífica y segura a Escocia, y asegurar que la Policía de Escocia pueda seguir prestando servicios al resto de la comunidad escocesa durante su visita”, añadió.