Trump está perdiendo su ejército de machos alfa de Internet por los archivos de Epstein

«Encubrimiento». Esa es la palabra que resuena en la manosfera, en los feeds de X y en los episodios de podcast después de que la administración Trump publicara los llamados archivos de Epstein y declarara el caso cerrado.
La reacción fue instantánea y feroz. Estos fueron los defensores más acérrimos de Donald Trump en la campaña de 2024: conservadores tradicionales, hombres alfa, influencers y renovadores masculinos que lo presentaron como un baluarte contra la élite liberal y la toma de control de Estados Unidos por parte de los progresistas. Contribuyeron a atraer a los jóvenes votantes masculinos descontentos al bando de Trump, presentándolo como la última figura masculina que se interponía entre el orden y el caos.
Pero ahora, muchos de ellos están acusando abiertamente a la administración de Trump de traicionar la misma causa que ellos defendieron.
El 7 de julio, el Departamento de Justicia, dirigido por la Fiscal General Pam Bondi, publicó su esperado informe sobre Jeffrey Epstein. Concluyó que Epstein no fue asesinado, que no existía una lista de clientes y que ninguna persona prominente sería acusada. Este anuncio puso fin a años de teorías conspirativas en torno a la muerte de Epstein y su presunta red de tráfico sexual, una narrativa que se había convertido en territorio sagrado para muchos en la extrema derecha.
El informe cayó como una bomba en la manosfera.
Matt Walsh, uno de los conservadores tradicionales más influyentes en línea, regresó de una pausa en las redes sociales para desatar una polémica. "Regresé de vacaciones y me enteré de que Epstein aparentemente no era un traficante sexual infantil internacional", publicó en X el 12 de julio. Su hilo —agudo, sarcástico y furioso— se hizo viral, acusando al gobierno de manipular a su base y de retractarse de una cruzada moral que una vez apoyó.
Pam Bondi invitó a influencers a la Casa Blanca y les entregó carpetas enormes que literalmente decían 'Archivos Epstein' en letras grandes y negritas en el frente. Si los archivos nunca existieron, ¿por qué hizo eso la Casa Blanca?, preguntó Walsh. En otra publicación, añadió: «La Fiscal General dijo que tenía la lista de clientes en su escritorio. La Casa Blanca hizo un gran alarde al entregar carpetas marcadas 'Archivos Epstein: Fase 1' a un grupo de influencers. Ahora nos dicen que no existe ninguna lista y que deberíamos dejar de hablar de ello».
La Fiscal General dijo que tenía la lista de clientes en su escritorio. La Casa Blanca hizo un gran alboroto al entregar carpetas con la etiqueta "Archivos Epstein: Fase 1" a un grupo de personas influyentes. Ahora nos dicen que no existe ninguna lista y que deberíamos dejar de hablar de ello. Entonces, ¿por qué dijo que...?
— Matt Walsh (@MattWalshBlog) 13 de julio de 2025
La mitad de las publicaciones recientes de Walsh están dedicadas al drama de Epstein, todas impregnadas de escepticismo y rabia. Con casi 4 millones de seguidores y decenas de millones de visualizaciones en sus publicaciones, su indignación es difícil de ignorar.
Otros influencers de derecha se sumaron. Tucker Carlson fue aún más lejos, acusando al Departamento de Justicia de Bondi de "encubrir los crímenes y asesinatos de Jeffrey Epstein". Charlie Kirk evadió a Trump con cautela, apoyando en cambio al subdirector del FBI, Dan Bongino, quien, según se informa, está considerando dimitir tras el informe. El propio Bongino fue una voz fuerte que promovía la teoría de la lista de Epstein antes de unirse al gobierno.
Sería una gran pérdida para el país si perdiéramos a Dan Bongino en el FBI.
— Charlie Kirk (@charliekirk11) 11 de julio de 2025
Jack Posobiec recurrió al humor negro: «Menciona cosas en las que confíes más que en la idea de que Epstein no tenía clientes». Pero también dejó clara su postura: «No descansaré hasta que el comité completo del 6 de enero examine los archivos de Jeffrey Epstein».
Nombra cosas en las que confías más que en la idea de que Epstein no tenía clientes:
– Jack Poso 🇺🇸 (@JackPosobiec) 13 de julio de 2025
Mientras tanto, James O'Keefe se centró en las censuras del informe del Departamento de Justicia. «Solo hay dos posibilidades», escribió. «1) No hay nada más en la historia de Epstein. 2) Hay un encubrimiento».
Sólo hay dos posibilidades;
1) No hay más que decir sobre la historia de Epstein.
2) Hay un encubrimiento
Es hora de que escuchemos directamente a los agentes del FBI.
— James O'Keefe (@JamesOKeefeIII) 12 de julio de 2025
La división crece. No se trata solo de Epstein. Se trata de la maquinaria narrativa de la derecha que ha perdido una de sus armas más poderosas. Durante años, el caso Epstein simbolizó todo lo malo de la impunidad de la élite. La idea de una lista de clientes, llena de nombres poderosos que visitaron una isla privada que se rumoreaba era el centro de una red de tráfico sexual, era un referente cultural. Su aparente desaparición se siente, para estos influencers, como una traición.
Por qué es importanteEsta ruptura revela una peligrosa paradoja para Trump. Construyó parte de su base sobre la base del agravio, la indignación y la conspiración. Ahora que ha vuelto al poder, corre el riesgo de convertirse en el mismo establishment al que se dirigieron esas conspiraciones. Las consecuencias también reflejan una transformación más amplia dentro de la derecha digital. La manosfera ya no es solo un grupo de animadores de Trump. Tiene su propia jerarquía, sus propias causas y, cada vez más, sus propios enemigos.
Mientras Trump insta a su base a “seguir adelante” y celebrar a Pam Bondi, sectores del movimiento digital que ayudó a impulsarlo a la victoria se niegan a seguirlo.
Han trazado una línea. Y detrás de esa línea está el fantasma de Jeffrey Epstein.
gizmodo