Trump presiona a Canadá para que elimine su impuesto a las grandes tecnológicas

Donald Trump tiene motivos para celebrar. En un cambio de postura sorprendentemente rápido, Ottawa cedió a sus demandas y derogó un controvertido impuesto dirigido a los gigantes tecnológicos estadounidenses, poniendo fin a un estancamiento que comenzó el viernes.

“Canadá rescindiría el Impuesto sobre Servicios Digitales (DST) en previsión de un acuerdo comercial integral mutuamente beneficioso con Estados Unidos”, anunció el ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, en un comunicado el domingo por la noche.

Tras el anuncio, el primer ministro Mark Carney y el presidente Trump “acordaron que las partes reanudarán las negociaciones con miras a alcanzar un acuerdo para el 21 de julio de 2025”.

Esto marca una victoria contundente y rápida para Trump, quien sorprendió a los mercados el viernes con una publicación en su plataforma Truth Social. Declaró que, debido a la decisión de Canadá de imponer el Impuesto a los Servicios Digitales a las empresas tecnológicas estadounidenses, «damos por terminadas todas las negociaciones comerciales con Canadá, con efecto inmediato».

Para Trump, esta capitulación supone una victoria política muy necesaria en un momento crítico. Su presidencia se ha caracterizado por una agresiva política comercial de "Estados Unidos primero", que ha desencadenado guerras comerciales de alto riesgo con aranceles a productos de China y Europa. Este estilo de confrontación está alcanzando su punto álgido, a medida que se acerca la fecha límite del 9 de julio para que las naciones de todo el mundo finalicen nuevos acuerdos comerciales con Estados Unidos o se enfrenten a una nueva oleada de aranceles elevados y "recíprocos". Obligar a un aliado clave como Canadá a ceder tan rápida y públicamente envía un mensaje contundente a otros socios negociadores.

La victoria también ayuda a Trump a proyectar fuerza en el ámbito nacional tras un duro enfrentamiento político. Su principal prioridad legislativa, el "One Big Beautiful Bill", ha enfrentado intensas críticas, incluso de antiguos aliados como Elon Musk, por su enorme gasto y los profundos recortes a programas populares. Tras verse obligado a sortear un partido republicano dividido para conseguir la aprobación del proyecto de ley en el Congreso, asegurar una victoria contundente contra un gobierno extranjero por un impopular impuesto tecnológico proporciona a la administración un valioso impulso positivo.

La confrontación se centró en el Impuesto a los Servicios Digitales de Canadá. Esta medida impone un impuesto del 3% sobre los ingresos canadienses de grandes empresas digitales, como Amazon, Google y Meta. El impuesto está en vigor desde el año pasado, pero los primeros pagos vencen este lunes, 30 de junio.

“La recolección del 30 de junio de 2025 se detendrá”, dijo Champagne en su comunicado.

El impuesto ha sido un importante punto de controversia. Si bien Canadá no es el único país en implementar esta medida, sumándose a países como Francia, Italia y el Reino Unido, el gobierno estadounidense considera que estos impuestos perjudican injustamente a las empresas estadounidenses. En las últimas semanas, una coalición de grupos empresariales canadienses y estadounidenses, junto con organizaciones de la industria tecnológica estadounidense y funcionarios electos estadounidenses, firmaron cartas instando al gobierno canadiense a derogar o suspender el impuesto.

El primer ministro Mark Carney intentó presentar la decisión como un paso hacia un acuerdo más amplio y beneficioso. "En nuestras negociaciones sobre una nueva relación económica y de seguridad entre Canadá y Estados Unidos, el nuevo gobierno canadiense siempre se guiará por la contribución general de cualquier posible acuerdo al bienestar de los trabajadores y las empresas canadienses", declaró Carney.