Abuso, las preguntas incómodas que debemos afrontar

“Maltrato a personas con discapacidad grave, ocho arrestos en Piamonte”. Así comienza la nota del Comando de los Carabineros para la protección de la salud en Turín, que ha conmocionado a toda la comunidad y, en general, a cualquier persona involucrada en el trabajo social. Una breve frase describe un escenario complejo, resultado de una actividad articulada que resultó en ocho órdenes de detención y seis registros domiciliarios contra siete trabajadores sociales y un psicoterapeuta, responsables de “graves humillaciones y violencia física y verbal” contra personas con discapacidad intelectual y cognitiva residentes en la Comunidad Mauriziana de Luserna San Giovanni, gestionada por la cooperativa social Interactive.

No hay nada más que añadir al respecto; las investigaciones están en curso. Ante la indignación y el desconcierto colectivos, una vez más, se abre la reflexión, cada vez más urgente y profunda, sobre las profesiones del cuidado. Difíciles y esenciales, extremadamente delicadas pero invisibles, que requieren responsabilidad, sensibilidad y un mantenimiento constante mediante formación y supervisión. ¿Sabemos realmente qué habilidades se necesitan para interactuar con la discapacidad? ¿Conocemos la jornada de quienes se incorporan a la RSA o la RAF? Y, sobre todo, ¿somos conscientes de las necesidades de las personas que viven allí?

Rashmi Costanza es una trabajadora social sanitaria piamontesa que también ha desempeñado funciones de coordinación durante unos diez años. En Sagliano Micca, provincia de Biella, es la coordinadora de dos unidades residenciales gestionadas por la cooperativa Domus Letitiae: una RSA y una RAF Tipo A. Le pedimos que nos ayudara a responder.

Empezar con palabras siempre es un ejercicio útil. ¿Cuál es la diferencia entre un RSA y un RAF?

RSA es el acrónimo de centro de atención sanitaria residencial. Significa que requiere un componente de atención de tipo asistencial: en el RSA donde trabajo, viven personas con discapacidad física y cognitiva; la menor tiene 16 años y la mayor, 81. No hay división por grupos de edad; consideramos la inserción en un núcleo en lugar de otro, siempre desde las necesidades de la persona . Por ejemplo, en un área donde recibimos a personas con mayor discapacidad física y cognitiva, hemos incluido a una persona con mayor capacidad y autonomía, ya que el entorno es más tranquilo y satisface sus necesidades en un contexto de este tipo.

Raf, por otro lado, representa la vida asistida flexible, donde se alojan personas con discapacidades cognitivas (algunas también físicas) que gozan de mayor autonomía . Las residencias de tipo A acogen a personas que pueden mejorar sus capacidades y autonomía, mientras que las de tipo B acogen a personas con discapacidades cognitivas más graves.

Ante noticias como ésta ¿Cómo te sientes?

Inmediatamente pensé en mi vida diaria, en lo que ocurre en los centros donde paso el día, en la responsabilidad de estar siempre presente en los servicios y en la capacidad de detectar cualquier dolencia de inmediato. Es un llamado a la responsabilidad , sobre todo al atender a personas que dependen totalmente del operador.

Tratamos con personas que reaccionan a situaciones de frustración mediante agresiones físicas y verbales, lo que puede dificultar la gestión de los operadores. Es necesario tener equilibrio para gestionar ciertas situaciones.

Rashmi Costanza, trabajadora sanitaria y coordinadora de dos unidades residenciales

¿Quién trabaja en los núcleos donde se encuentran necesidades complejas?

En primera línea se encuentran trabajadores sociales y educadores profesionales . Su presencia es constante, con el apoyo de fisioterapeutas, enfermeras, psicólogos y médicos. Trabajamos seis días a la semana, incluyendo fines de semana y festivos: aunque lo sabíamos desde el principio, con el tiempo la conciliación de la vida laboral, familiar y personal puede volverse difícil.

¿Qué habilidades se necesitan?

Habilidades de cuidado para el trabajo de cuidado, habilidades relacionales, capacidad de escucha y empatía que permiten comprender el malestar y encontrar estrategias de interacción efectivas. Tratamos con personas que reaccionan a situaciones de frustración mediante agresiones físicas y verbales, lo cual puede dificultar la interacción con los operadores. Se necesita equilibrio para gestionar ciertas situaciones, saber contener las ansiedades, expectativas y decepciones, y, por otro lado, la capacidad de permitir que la persona se exprese y alcance la máxima autonomía posible. Es un trabajo que supone un gran reto y en el que la relación se extiende a toda la red de referencia de la persona. Es un juego de equilibrio, no solo respecto a las necesidades y deseos de los usuarios, sino también a los de los operadores. Los coordinadores debemos intentar que ambos elementos encajen, teniendo presente que el punto de partida y el punto de llegada son siempre las personas para las que trabajamos.

¿Es alto el riesgo de sufrir burnout?

Por supuesto, el agotamiento es un riesgo real; este trabajo es una lupa que muestra las fragilidades, incluso las personales . Pero creo que debemos dar un paso atrás y empezar a reflexionar sobre la elección de la profesión del cuidado. La motivación no basta. Necesitamos un impulso hacia el otro, el deseo de hacer sentir bien a la persona que tenemos delante. Las habilidades se desarrollan con el tiempo; lo difícil de construir o transmitir es un conjunto de valores compartidos: necesitamos estar de acuerdo en el significado que damos a los conceptos de atención a la persona y escucha.

La formación y la supervisión son una herramienta importante

Es necesario invertir en formación muy específica sobre discapacidad para trabajar en casos individuales y sus complejidades . Nuestros equipos se reúnen mensualmente con un psicólogo externo al sistema para abordar dinámicas de grupo disfuncionales y estrategias que permitan trabajar en equipo y ser eficaces. Es importante cuidar los métodos operativos y construir un método de trabajo común con los huéspedes. Pero incluso esto no es suficiente: lo que realmente importa es estar presente . Coordino los servicios, pero también estoy presente durante los turnos: vivirlos de primera mano nos permite comprender mejor los esfuerzos y las herramientas que se deben implementar para usuarios y operadores. Esto marca la diferencia.

En la foto de apertura, una actividad de terapia con mascotas.

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