Luca Urlando, el americano con corazón italiano que triunfa gracias a... la pasta y el aceite

También fue el día de Luca Urlando en el Campeonato Mundial de Singapur. En un equipo nacional estadounidense en apuros que incluso perdió su récord mundial ayer (el francés Marchand destronó a Lochte en los 200 metros combinados), el regreso de Luca al título de los 200 metros mariposa desde que Michael Phelps se retiró está causando sensación. "Fue una gran carrera, aproveché el momento, me divertí". Su hombro casi lo obliga a abandonar la natación: demasiado frágil, pero Luca perseveró. "Estaba convencido de que podía volver a la cima y luché contra viento y marea. Fue una locura ganar un campeonato mundial; lo llevaba pensando desde el principio de la temporada. Poder hacerlo es algo completamente distinto, y hacerlo con un tiempo estupendo me hace feliz. Ahora espero tener más experiencias como esta. Es un gran paso hacia los Juegos de 2028. Tengo nuevas metas para el futuro; ahora tendré que trabajar en los detalles". Quiere seguir el ejemplo de Phelps y traer el récord mundial a casa. Llevaba tiempos de 1'52 toda la temporada. Pero no podía dejar pasar esta oportunidad de oro. Así que ha vuelto a ser el centro de atención, a pesar de haber aparecido en el New York Times.
Luca nació en Sacramento, California, pero su abuelo vivía en Padua y compitió en lanzamiento de martillo en Los Ángeles en 1984. Alessandro, el padre de Luca, también era atleta: «Mi padre, Giampaolo, fue campeón italiano y plusmarquista durante años, y compitió en tres Juegos Olímpicos. Crecí en la pista de Padua, donde entrenaba mi padre. Elegí el lanzamiento de disco y gané un campeonato nacional, pero solo era un atleta decente. A los 25 años, me mudé a Estados Unidos, a Atenas, para estudiar. Me casé con una estadounidense y tuvimos dos hijos. Luca, el mayor, jugó al waterpolo y al baloncesto antes de nadar. No hubo presión por parte de su madre ni mía. Cuando eligió la natación, solo nos preocupaba que el entrenamiento le restara horas de estudio: incluso ahora, cuando lo ves, Luca no parece un atleta, sino uno de esos chicos tímidos y tranquilos que se pasan horas estudiando. En cambio, se ha convertido en un fenómeno». ¿Cuánto influye el factor italiano en Luca? Respuesta de papá: «No el idioma, que ya soy el único que hablo. Están mis raíces, las visitas a mis abuelos, que se vuelven menos frecuentes con la formación de Luca, y el amor por nuestra gastronomía, que tanto mi esposa como yo cultivamos. Si Luca tiene un secreto, es la pasta y el buen aceite de oliva que come a diario».
La Gazzetta dello Sport