Sordi, la máscara de un Vitellone. Sandrelli: «Rigurosa y entretenida».

"El público siempre ha sido mi sustento", confió la encantadora Stefania Sandrelli, invitada especial de la primera entrega de La Terrazza della Dolce Vita, una serie concebida y presentada por Simona Ventura y Giovanni Terzi, en el Grand Hotel de Rímini. Junto a Enrico Vanzina, la querida actriz inauguró la exposición sobre Alberto Sordi, la máscara de un hombre tacaño, que también explora la inolvidable relación del actor con Federico Fellini: "Solo hice una película con Sordi. Lo conocí bien en 1965, y luego fuimos grandes amigos también fuera del rodaje", recordó la actriz. "Sordi era muy profesional y riguroso, pero cuando rodábamos una escena, era imposible no reír con él. Y a pesar de su fama de tacaño, era muy generoso: ofrecía cenas de lujo a todos".

Stefania Sandrelli recordó hitos de su carrera artística, como El conformista de Bernardo Bertolucci ("Uno de los mejores regalos que he recibido en mi carrera") y La llave de Tinto Brass. Y en el sofá del Grand Hotel, rememoró una noche de hace varios veranos: "Gino Paoli, el padre de mi hija, cantaba en Milano Marittima, y habíamos reservado un pequeño hotel allí, pero luego vinimos a cenar aquí mismo, en Rímini. Y al ver lo maravilloso que era el hotel, decidimos cambiar de planes y pasar la noche allí. Volver hoy es una sensación nueva y especial".

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