Contratos de hasta 8 años para futbolistas para proteger a los clubes (pero sin ventajas contables)

Los clubes están más protegidos frente al riesgo de salidas anticipadas de jugadores, tras la sentencia Diarra, por lo tanto protección del patrimonio empresarial, efecto nulo a efectos de reducir los costes de adquisición de las tarjetas de inscripción porque la amortización de estas últimas queda limitada a cinco años según la UEFA y las reglas federativas.
En el Decreto de Deportes aprobado el viernes por el Consejo de Ministros, se introdujo una importante innovación respecto a la duración máxima de un contrato profesional. En la práctica, los clubes de fútbol, a diferencia de lo que ocurre actualmente y durante los 45 años que establece la ley 91/81, reformada por el decreto legislativo 36/2021, pero no en este punto, podrán firmar contratos con una duración superior a cinco años y hasta un máximo de ocho.
Una duración tan larga, suponiendo que la otra parte la acepte si no es a cambio de una remuneración elevada, permite a los clubes construir una barrera contra los riesgos derivados de la aplicación del artículo 17 del Reglamento de la FIFA sobre el Estatuto del Jugador. De hecho, según esta norma, los futbolistas tienen la posibilidad de rescindir unilateralmente la relación laboral tras dos años, si se trata de un deportista mayor de 28 años, y tras tres temporadas, si se trata de un deportista menor de 28 años, a cambio de una indemnización. Una solución reforzada por el caso Diarra sobre las retiradas sin causa justificada.
La FIFA, por su parte, lleva varios meses evaluando las posibles medidas correctivas para proteger a los clubes y limitar los posibles efectos de esta decisión. De hecho, en muchos nuevos contratos, los clubes han incluido cláusulas ad hoc para aumentar el importe de la indemnización a percibir en caso de despido anticipado e injustificado de uno de sus miembros, siguiendo un modelo muy extendido en España.
Sin embargo, en el ámbito contable y en cuanto al fair play financiero de la UEFA, se han producido pocos cambios. Ya en 2023, el organismo europeo estableció que el coste de la ficha de un jugador debe distribuirse en un máximo de cinco temporadas de fútbol. El Chelsea, de hecho, aprovechando la legislación inglesa que ya permitía contratos de trabajo en el deporte profesional de hasta ocho años, había comenzado a explotar esta opción al exigir también distribuir los costes de las adquisiciones en ocho años en lugar de cinco, con una clara ventaja competitiva.
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