El ciclismo une Milán y Cortina: en septiembre, sobre el sillín con vistas a los Juegos Olímpicos de Invierno

La bicicleta se anticipa al esquí uniendo Milán y Cortina, las dos sedes de los Juegos Olímpicos de Invierno de la próxima primavera, en nombre de la sostenibilidad, el deporte y la valorización de un territorio único entre la capital lombarda y las Dolomitas venecianas. La Gran Vuelta Milano-Cortina es el nuevo evento de cicloturismo que ofrece una experiencia única sobre dos ruedas, atravesando ocho provincias ricas en historia, arte y tradición agroalimentaria: 500 kilómetros que tocan siete sitios declarados patrimonio de la UNESCO, unidos por un monumento histórico del ciclismo, el velódromo Vigorelli de Milán.
El evento, organizado por la Fondazione Cortina con el apoyo de las autoridades locales (Región del Véneto, Provincia de Belluno, Municipios de Milán y Cortina) y socios técnicos, tiene como objetivo transformar el evento olímpico de 2026 en un punto de partida para poner nuevos flujos turísticos al servicio del desarrollo de la economía local, especialmente en la riqueza de las pequeñas y medianas empresas de Lombardía y Véneto. La bicicleta se convierte así en una herramienta que ofrece la oportunidad de evitar el abandono de las estructuras tras la celebración de los Juegos Olímpicos, convirtiéndose en una oportunidad para el desarrollo sostenible y para la educación en la cultura deportiva.
El Great Ride se propone de hecho como un evento que va más allá del simple evento deportivo, como un proyecto de viaje experiencial, no competitivo y abierto a todos, que pretende alcanzar un ingreso inducido estimado en un millón de euros, que se repetiría cada año al inicio de la temporada de otoño. Pero el objetivo es transformar la ruta en una infraestructura permanente, utilizable por los amantes de las dos ruedas incluso fuera del evento. Más aún porque atraviesa territorios únicos, partiendo de Milán con su Última Cena de Leonardo da Vinci, pasando por los territorios lombardos de Brescia, la Verona romana, las villas palladianas de Vicenza, las colinas de Prosecco para llegar a las Dolomitas venecianas.
Por otra parte, el cicloturismo es una tendencia en plena expansión que, según datos recientes del informe Unioncamere-Isnart-Legambiente, involucró a 89 millones de cicloturistas en 2024, lo que equivale al 10% del turismo total, con un impacto económico cercano a los diez mil millones de euros. El Banco Ifis estima que en el Véneto el cicloturista tiene una capacidad de gasto tres veces superior al turista tradicional.
La prueba, estrictamente no competitiva y sin clasificación, utiliza la fórmula “unsupported”, garantizando la máxima flexibilidad en la interpretación del recorrido, ofreciendo la posibilidad de tres recorridos diferentes. El recorrido completo tiene una longitud de 500 kilómetros con 4 mil metros de desnivel, y comienza el 11 de septiembre desde Vigorelli, pero están previstas salidas también en los días siguientes desde Valpolicella y Treviso. El recorrido se puede recorrer a la velocidad y al ritmo deseado, no hay restricciones: los organizadores garantizan esperar a los mil participantes previstos para la primera edición hasta el 16 de septiembre en la plaza central de Cortina, pero quienes lo deseen podrán llegar también en los días siguientes, deteniéndose a lo largo del recorrido para admirar las bellezas artísticas e históricas, o incluso simplemente para tomar una copa más de Prosecco o Amarone.
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