Giro de Italia, la victoria de Nico Denz demuestra que el ciclismo se inspira en el alma de un lugar

Fue el conde Francesco Teodoro Arese Lucini quien le dijo al pintor Francesco Hayez que en Cesano Maderno hay siempre un aire vivo y que para cambiar las cosas que no cambian es mejor hacer un viaje allí. Sus antepasados ​​habían comprado aquel lugar de unos cuantos miles de almas, todas ellas audaces, siglos antes y habían tenido que hacer concesiones varias veces para evitar encontrarse con sus posesiones en llamas y ellos en ropa interior. Eran todavía descendientes de aquellos que se habían rebelado contra las monjas del monasterio de Aurona porque les parecía insoportable que les impusieran la mitad de su cosecha. Quemaron todo. No sólo el monasterio. Eran todavía los mismos que, armados con horcas, palos y hondas cargadas con proyectiles de madera recubiertos de brea para prenderles fuego, se habían puesto en fila frente al palacio de Arese-Borromeo porque consideraban excesivos los impuestos. Aquella vez no lo destruyeron todo sólo porque el conde Renato II decidió negociar. Y no fue casualidad que la revuelta contra el Imperio Habsburgo, por la que el propio Francesco Teodoro fue condenado a muerte, comenzara precisamente en Cesano Maderno .

No hay deporte como el ciclismo capaz de inspirarse en el alma de un lugar.

Hacia Cesano Maderno, en la 18ª etapa del Giro de Italia 2025 , un numeroso grupo de temerarios se escapó del grupo para evitar que la etapa terminara como podía haber terminado: con un sprint entre velocistas. Entre ellos había también algunos sprinters, aquellos capaces de olfatear inmediatamente el espíritu rebelde de los lugares hacia los que se dirigen pedaleando.

En Cesano Maderno el primero en llegar bajo la bandera de meta fue Nico Denz , alguien que vive el ciclismo como una rebelión , siempre al ataque y que cuando tiene la posibilidad de rebelarse es siempre el primero en ponerse en camino.

En solidaridad con los corredores que corren el Giro de Italia , aquí decidimos contar la historia de las etapas del Giro de Italia haciendo el mismo esfuerzo que ellos: una letra por cada metro de desnivel. Aquí está el relato de la decimoctava etapa, Morbegno-Cesano Maderno, 144 kilómetros y 1.800 metros de desnivel, en 1.800 caracteres (espacios incluidos).

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