Luz verde de la UE: después de la Fórmula 1, Liberty también posee MotoGP

MotoGP y las demás categorías (Moto2, Moto3, Superbikes y MotoE) pasarán, por tanto, a estar bajo la dirección de Liberty Media. El gigante estadounidense, dirigido por John Malone, adquirió el 84% de Dorna Sport el pasado abril. La propiedad de la empresa española se dividió entre el fondo canadiense Bridgepoint, que adquirió su participación en 2006 a CVC Capital Partners (40%), el fondo de pensiones canadiense CPPIB (38%) y la dirección (22%) de Dorna, con Carmelo Ezpeleta con el 10% (Ezpeleta debería seguir siendo CEO y mantener una participación del 16% en la nueva estructura).

Poco antes de cerrar el acuerdo con Liberty, Dorna también se había asegurado los derechos del campeonato mundial hasta 2060, ampliando el acuerdo anterior que debía finalizar en 2041, a cambio de un canon de aproximadamente 30 millones anuales a la FIM.

La compañía española registró unos ingresos récord de 486 millones de euros en 2023. Las carreras atrajeron a más de tres millones de espectadores a los circuitos. La comercialización de derechos televisivos y patrocinios generó 326 millones de euros (los patrocinadores oficiales de MotoGP para 2025 son: Qatar Airways, Tissot, Michelin, proveedor de neumáticos, BMW, DHL y Estrella Galicia); los servicios de televisión generaron 104 millones y la publicidad, 56 millones. En 2022, la facturación fue de 425 millones y ya había crecido un 33% respecto a 2021, con un EBITDA récord de 161 millones. Se distribuyeron dividendos por valor de 422 millones, con una deuda financiera neta de más de 900 millones.

Sin embargo, en el balance, las pérdidas en 2023 se triplicaron, pasando de 7,8 millones en 2022 a 27 millones. La principal carga es la amortización anual de unos 150 millones derivada de los derechos adquiridos en los diversos campeonatos mundiales, adquiridos hasta 2060.

El objetivo de la colaboración estratégica con Liberty Media es, por supuesto, potenciar el valor de MotoGP, como ha sucedido en los últimos años con la Fórmula 1, haciendo el campeonato cada vez más global y menos eurocéntrico, aumentando los ingresos y reduciendo progresivamente los costes organizativos.