Tour de Francia: victoria número 100 de Tadej Pogacar, el aspirante a caníbal del ciclismo mundial
¡Qué maravilloso es este Tour de Francia!
Un Luna Park extraordinario, lleno de sorpresas, donde cada día puedes probar nuevas atracciones. Un ciclismo joven y explosivo que te dejará sin aliento.
Qué impresionante es esta centésima victoria de Tadej Pogacar, el fenómeno esloveno de los Emiratos Árabes Unidos que, año tras año, etapa tras etapa, reescribe la historia de un deporte que parece haber alcanzado una nueva dimensión gracias a una generación de campeones que desconocen las antiguas reglas del ciclismo. Ya no existen las antiguas etapas de transferencia, esos largos interludios donde se corría con equilibrio solo para evitar errores, para no agotar las fuerzas.
No, esto es otro mundo. Ahora, sobre todo en el Tour, es un desafío implacable, una lucha a muerte incluso en esas etapas donde, normalmente, se da espacio a los actores secundarios mientras los grandes nombres afilan sus armas anticipándose a las grandes montañas y las contrarreloj.
¡Cien días de estos! El nuevo triunfo de Pogacar, quien por cierto también es campeón del mundo, llega en la cuarta etapa de la Grande Boucle —174 kilómetros desde Amines hasta la meta en Ruan— en un final explosivo donde Tadej superó en el sprint a los mejores del mundo, concretamente a Mathieu van der Polel (quien conserva el maillot amarillo con el mismo tiempo que Pogacar) y al danés Jonas Vingegaard, el gran rival del esloveno por el éxito final en París.
¿Qué puedo decir? El Gotha del ciclismo mundial envuelto en un sprint. Todo en una jornada marcada por fugas, contraescapadas y varias caídas, en las que también estuvieron involucrados el italiano Mattia Cattaneo y el irlandés Ben Healy. Un ciclismo con el diablo en el cuerpo, como se vio en el norte, sin un solo respiro ni un momento de cansancio.
La victoria de Pogačar, la centésima de una carrera que empieza a eclipsar incluso la de Eddy Merkcx, es sin duda una victoria especial. Porque, a sus 26 años, marca la primera impresión de un ciclista que se ha convertido en el dominador del ciclismo contemporáneo. Entre sus éxitos destacan, de hecho, tres Tour de Francia, un Giro de Italia, dos Tours de Flandes, tres Lieja-Bastoña-Lieja, cuatro Tours de Lombardía y, por último, pero no menos importante, el Campeonato Mundial de Zúrich en 2024.
Un campeón absoluto, el esloveno, que en las carreras por etapas solo encuentra un rival real: Jonas Vingegaard, quien en dos ocasiones (2022 y 2023) logró arrebatarle el Tour de Francia. Sin embargo, Vingegaard solo logra vencerlo en julio, en la carrera francesa. Durante el año, casi siempre desaparece.
En las carreras de un día, el papel de aguafiestas lo desempeña con gran puntualidad el propio Van Der Poel, como demostró este año en Milán, San Remo y Roubaix.
Volviendo al Tour, cabe recordar que este miércoles 9 de julio, quinta etapa, se disputa la primera contrarreloj, una prueba de 33 kilómetros prácticamente llanos con salida y meta en Caen, siempre en el norte de Francia.
Pogacar, quien también recuperó el maillot de lunares al mejor escalador, intentará dar un primer golpe a la clasificación general, que, sin embargo, ya lo sitúa en primer lugar junto a Mathieu van der Poel. Detrás de Pogacar, a tan solo 8 segundos, se encuentra Vingegaard, quien hará todo lo posible por ponerle trabas.
Como tercera rueda, entre los grandes nombres, podría surgir el belga Remco Evenepoel, quien hasta ahora, entre caídas y aficionados, no ha tenido mucha suerte. Especialista en el tiempo, el belga tiene la oportunidad de recuperar un retraso de casi un minuto que, de otro modo, podría convertirse en una gran desventaja. Pero cuidado con ellos dos: Pogačar y Vingegaard, como han demostrado, no tienen intención de hacer descuentos ni de hacer obras de caridad. No está en su ADN. No son buenos samaritanos. Son depredadores, extraordinarios cazadores de goles.
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