El enfrentamiento en Ilva


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El cierre nunca ha estado tan cerca pero esta vez no podemos culpar sólo a los fiscales
La acería de Taranto quebró cuando el gobierno de Meloni decidió arrebatársela a ArcelorMittal y ponerla en administración extraordinaria, impidiendo a los comisionados reactivar Afo5: el alto horno más grande de Europa , que por sí solo habría garantizado la producción de 4 millones de toneladas de acero integral durante los próximos veinte años. Durante ese tiempo, se podrían haber añadido nuevos hornos eléctricos. En cambio, el gobierno pensó que podría reemplazarlos, de forma gradual, con nuevas plantas, manteniendo las actuales hasta 2039. Sin embargo, se derrumbaron una tras otra en manos de la administración extraordinaria. Y mientras que se necesitarían 7 mil millones para un nuevo ciclo, Ilva pierde 50 millones al día con solo un millón de toneladas producidas . Y si el estado no puede proceder con un préstamo puente cada tres meses, no hay inversores dispuestos a perder miles de millones entre el poder judicial y las autoridades locales por plantas que han estado embargadas durante 10 años .
Más allá del discurso sobre el acero estatal y la mayor acería ecológica de Europa, el plan del gobierno se ha desmoronado con estas desastrosas decisiones . Tras darse cuenta de esto, se intentó trasladar la responsabilidad del "cierre" primero a la fiscalía de Taranto, luego al tribunal de Milán y, finalmente, a las autoridades locales. Tanto es así que incluso les dijeron, por primera vez en la historia: si quieren cerrarla, el gobierno está disponible. Sin embargo, en ese momento, Michele Emiliano, gobernador de Apulia, cambió de opinión una vez más y, en contraste con el populismo de su mandato, respondió: "Estamos dispuestos a firmar por una planta de regasificación, una desalinizadora y hornos eléctricos, siempre que nos den nuevos empleos en el sector sanitario". En este punto, el gobierno está contra la pared. Si compareciera ante el tribunal de Milán a mediados de julio sin autorización ambiental, Ilva también cerraría la última AFO a medio servicio . Pero la autorización expiró hace más de un año, y es el Ministerio de Medio Ambiente quien la otorga para las plantas antiguas. Esta vez, ni las autoridades locales ni la fiscalía tienen nada que ver.
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