Italia está retrasada en la implementación de la Ley de Libertad de Prensa. El problema de la RAI debe resolverse.

Se acerca la fecha límite del 8 de agosto para la implementación, e Italia, al igual que muchos otros países europeos, aún no ha implementado la Ley de Libertad de Prensa, aprobada por el Parlamento Europeo en marzo de 2024. La medida limita severamente el uso de software espía y prohíbe a las autoridades presionar a periodistas y editores para que revelen sus fuentes, incluso mediante detenciones, sanciones, registros en sus oficinas o la instalación de software de vigilancia intrusiva en sus dispositivos electrónicos. La medida también deja claro que, para brindar la máxima transparencia al público, todas las organizaciones de noticias deberán publicar información sobre sus propietarios e informar sobre los fondos que reciben de la publicidad estatal, incluso si estos fondos provienen de terceros países. También hay un claro cambio de estrategia hacia las grandes tecnológicas. Las medidas incluyen un mecanismo para evitar que las plataformas en línea muy grandes, como Facebook, X o Instagram, restrinjan o eliminen arbitrariamente el contenido de los medios independientes.
El gobierno de Giorgia Meloni ya está en funciones, considerando que el reglamento entró en vigor en mayo de ese año. Los Estados miembros han tenido aproximadamente 15 meses para cumplir. El riesgo, a partir del próximo otoño, es que incurran en incumplimiento. Es cierto que el plazo para las sanciones de la UE es largo, pero el asunto sin duda se volverá a debatir en el Parlamento Europeo a partir de septiembre. Con la vista puesta también en Italia, donde el Partido Demócrata y el Movimiento Cinco Estrellas vinculan el retraso en la Ley de Libertad de Prensa con el caso Paragon, alegando espionaje contra varios periodistas.
Según el nuevo reglamento, la sección relativa a los directores y consejos de administración de las editoriales será crucial para Italia: deben ser seleccionados mediante procedimientos transparentes y no discriminatorios por períodos suficientemente largos. No pueden ser despedidos antes del vencimiento de sus contratos, a menos que dejen de cumplir los criterios profesionales. Este último punto ha obligado al gobierno a acelerar la reforma de la RAI. La propuesta de centroderecha libera al gobierno de la tarea de nombrar a los seis miembros del consejo de administración de la RAI, confiándola a las Cámaras del Parlamento con un quórum que requiere mayoría absoluta en la tercera votación. El gobierno pretende presentar la propuesta al Senado entre septiembre y octubre, pero la oposición está indignada y ha tildado el proyecto de vademécum "para la ocupación política" de la función pública.
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