Mattarella sobre Gaza: «Es inhumano matar de hambre a un pueblo, incluso los palestinos tienen derecho a una tierra».

El Presidente de la República
Palabras sobre el conflicto en Oriente Medio

Sergio Mattarella interviene en defensa de la población de Gaza. Con palabras nunca antes tan explícitas, el Presidente de la República considera "inhumano" reducir al hambre a toda una población y llama al ejército israelí a abrir las fronteras de la Franja de Gaza a las organizaciones internacionales. Dirigiéndose a los diplomáticos de todo el mundo presentes en Italia y a los más altos cargos del Estado (entre los que se encuentran la primera ministra Giorgia Meloni, los presidentes de las Cámaras Ignazio La Russa y Lorenzo Fontana) con ocasión de la habitual ceremonia de la Fiesta de la República en el Quirinal, el Jefe de Estado reitera la opción "con visión de futuro" de quienes, en la construcción de la República Italiana, la orientaron hacia la vocación de paz y de diálogo y reflexiona sobre los conflictos en curso, centrándose en particular en Ucrania y Oriente Medio. Mattarella confirma en primer lugar su "firme y convencido apoyo a Kiev. Seguimos trabajando para alcanzar una paz justa, integral y duradera".
Pero es en la situación en Oriente Medio en lo que se centra más extensamente, entrando en los temas más sensibles de estas últimas semanas y sobre los que se están movilizando todas las cancillerías europeas: "El drama que se desarrolla en la Franja de Gaza". Para el jefe de Estado, de hecho, «la negativa a aplicar las normas del derecho humanitario a los ciudadanos de Gaza es inaceptable. Se requiere un alto el fuego de inmediato», advierte, y añade que «en cualquier caso, es esencial que el ejército israelí facilite el acceso de las organizaciones internacionales a los territorios de la Franja, lo que permitirá reanudar la asistencia humanitaria plena a la población. Que toda una población, desde niños hasta ancianos, se vea reducida a la inanición es inhumano».
Mattarella también juzga severamente "la erosión de los territorios atribuidos a la Autoridad Nacional Palestina" calificándola de "grave" porque "los palestinos tienen derecho a su casa dentro de ciertas fronteras", un elemento "esencial", junto a la "seguridad de Israel", ambas cosas sin embargo "parecen seriamente amenazadas por la siembra de sufrimiento y resentimiento que produce lo que está sucediendo" a lo que se suma "la gran preocupación por las manifestaciones de antisemitismo que están resurgiendo en el mundo". Estos dos conflictos en curso llevan al Presidente a desarrollar otro razonamiento, más general, sobre las causas subyacentes a la multiplicación de los brotes de inestabilidad global:
“La ocupación ilegal del territorio de otro país –observa– no puede presentarse como una medida de seguridad: corre el riesgo de entrar en el terreno del deseo de dominación, de la barbarie en la vida internacional”. Y el mensaje dirigido para concluir a los diplomáticos en Italia y a los altos funcionarios del Estado presentes es que «la paz no es un ideal para almas ingenuas», sino «una experiencia que estadistas con visión de futuro han sabido construir pacientemente: es necesario proseguir su trabajo. No debemos -ni podemos- limitarnos a evocarla»; En definitiva, “es necesario trabajar para que prevalezcan los principios de leal colaboración internacional y de convivencia pacífica, logrados a través del diálogo y la construcción de medidas crecientes de confianza mutua”.
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