Historial médico electrónico: la brecha entre el Norte y el Sur del país frena el avance de la era digital.


La Historia Clínica Electrónica (HCE), designada como herramienta clave para la transformación digital en la atención médica y financiada por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), no está despegando. De hecho, su implementación irregular revela una verdadera brecha digital entre regiones. Así lo destaca la Fundación Gimbe, que presentó su resumen actualizado de la HCE, basado en datos de finales de marzo, en el Foro Mediterráneo de Salud. Hasta la fecha, señala Gimbe, solo cuatro de los dieciséis tipos de historias clínicas están disponibles en todas las regiones, y «solo el 42 % de los ciudadanos ha dado su consentimiento para acceder a sus datos, con grandes lagunas y porcentajes insignificantes en el sur de Italia».
El decreto del Ministerio de Salud del 7 de septiembre de 2023 definió el contenido del HCE 2.0, pero hasta la fecha, solo la carta de alta hospitalaria, los informes de laboratorio y radiología, y el informe de urgencias están disponibles en todas las regiones. «Un ciudadano siciliano y un véneto», comenta Nino Cartabellotta, presidente de la Fundación Gimbe, «no tienen el mismo acceso a su historial médico. Y esto es inaceptable en un Servicio Nacional de Salud que se autoproclama universal».
Las disparidades regionales son marcadas. Algunos documentos clave, como el resumen del perfil de salud, las recetas médicas y farmacéuticas, y los informes de especialistas ambulatorios, están disponibles en más del 80% de las regiones. Los certificados de vacunación y los documentos de prestación de servicios especializados están disponibles en 15 regiones y provincias autónomas (71%), mientras que los documentos de provisión de medicamentos y los registros individuales de vacunación aparecen en las HCE de 14 regiones (67%). Los informes de anatomía patológica y el cuaderno personal del paciente están disponibles en 13 regiones (62%). Solo seis regiones ofrecen cartas de invitación para pruebas de detección, vacunación y otros programas de prevención, mientras que los historiales médicos están disponibles en la HCE solo en Véneto.
En general, a nivel nacional, el FSE pone a disposición de los usuarios el 68 % de los documentos monitorizados en el portal FSE 2.0 y requeridos por el decreto. Ninguna región proporciona al FSE todos los documentos requeridos: desde el 93 % en Piamonte y Véneto hasta el 40 % en Abruzos y Calabria.
Al 31 de marzo, solo el 42 % de los ciudadanos había aceptado que sus médicos accedieran a sus datos de salud. Esta cifra oscila entre el 1 % en Abruzos, Calabria y Campania y el 92 % en Emilia-Romaña. En el sur, solo Apulia (73 %) supera la media nacional. «Dar el consentimiento es el primer paso para acceder a las prestaciones del FSE», enfatiza Cartabellotta, «pero se necesita un importante esfuerzo informativo y cultural para fortalecer la confianza ciudadana, superando las preocupaciones relacionadas con la protección de datos personales».
Entre enero y marzo de 2025 (octubre-diciembre de 2024 en Friuli-Venecia Julia), el 95 % de los médicos de familia y pediatras accedieron a la HCE al menos una vez. Nueve regiones alcanzaron el 100 % de utilización: Basilicata, Emilia-Romaña, Marcas, Molise, la provincia autónoma de Trento, Piamonte, Apulia, Cerdeña y Umbría. La tasa de utilización también se mantuvo alta en las demás regiones: Liguria (99 %), Lacio y Véneto (98 %) y Lombardía (96 %). Ligeramente por debajo de la media nacional se encuentran Abruzos y Friuli-Venecia Julia (94 %), Calabria (93 %), Sicilia (91 %), Campania y la provincia autónoma de Bolzano (88 %), Toscana (80 %) y Valle de Aosta (47 %).
En cuanto a los especialistas, al 31 de marzo (31 de diciembre de 2024 para Friuli Venezia Giulia), el 72 % de los médicos de las organizaciones sanitarias estaban certificados para consultar la HCE. Sin embargo, incluso en este caso, las diferencias entre regiones siguen siendo marcadas. Doce regiones y provincias autónomas han alcanzado el 100 % de la certificación: Lombardía, Marcas, Molise, las provincias autónomas de Bolzano y Trento, Piamonte, Apulia, Cerdeña, Toscana, Umbría, Valle de Aosta y Véneto. Por debajo de la media nacional se encuentran Campania (61 %), Lacio (60 %), Abruzos (37 %), Sicilia (36 %) y Calabria (26 %). Liguria se sitúa a la cola, con tan solo el 16 % de los médicos especialistas certificados para consultar la HCE.
«En algunas regiones», concluye Cartabellotta, «la HCE es una herramienta plenamente operativa gracias a la abundancia de documentos existentes, el consenso ciudadano y su uso eficaz. En otras, especialmente en el sur de Italia, suele ser un contenedor medio vacío y estar infrautilizado, en parte debido a la alta desconfianza de la población respecto a la seguridad de los datos. Pero la sanidad digital no puede ser una innovación para unos pocos: requiere inversión y una gobernanza centralizada para garantizar los derechos de todas las personas, independientemente de su lugar de residencia. Si realmente queremos implementar la sanidad digital, los datos deben ser accesibles no solo para los ciudadanos, sino para todos los profesionales involucrados en los procesos clínicos y sanitarios, porque la tecnología es necesaria, pero no suficiente. Por eso necesitamos un pacto nacional para la sanidad digital entre el gobierno, las regiones y la ciudadanía, que garantice el contenido integral de la HCE y un acceso uniforme en todas las regiones. De lo contrario, nos arriesgamos a que la extraordinaria oportunidad que ofrece la transformación digital, de la cual la HCE es la "combinación" de acceso, termine generando nuevas desigualdades».
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